En el artículo de ayer, os hablábamos de Saoirse Ronan, ese proyecto de actriz convertido en gran realidad que ha llevado una trayectoria homogénea y ascendente tras su aparición en 2007. En el caso de Laura Dern podríamos hablar de lo contrario. Actriz de prestigio, que daba lustre a cualquier producción, ya fuera independiente o altamente comercial, pero cuya carrera, como la de otras muchas mujeres, fue perdiendo relevancia a medida que cumplía años. Y todo pese a demostrar que era una de las grandes actrices del cine norteamericano, demostrando carisma, versatilidad y presencia.
Poco importaba el género o el carácter de la ficción. Colin Trevorrow, Florian Zeller, Noah Baumbach, Greta Gerwig, Edward Zwick, Rian Johnson, David Lynch, Alexander Payne, Kelly Reichardt, Paul Thomas Anderson, Robert Altman, Clint Eastwood y Steven Spielberg son algunos de los directores de prestigio que han contado con sus servicios. Una filmografía que es difícil de igualar, y que parece que, en pleno siglo XXI, tiene una tercera vida. Dern ha superado la prueba más difícil: que Hollywood no puede permitirse el error de no contar con ella.
Es una de las grandes y estas son las razones:
Fue una de las actrices más requeridas en los 90
Apareció a finales de los 80 siendo la musa de David Lynch, probablemente el director independiente más importante de este segmento cronológico. A la par, trabajó con directores como Roland Joffé o Peter Bogdanovich en roles secundarios. Poco a poco, el presupuesto de los largometrajes en los que trabajaba era más amplio; también se abría el espectro que le citaba con el gran público. Esa prueba llegó con Un mundo perfecto de Clint Eastwood y, sobre todo, con Parque Jurásico, de Steven Spielberg, ambas de 1993. A partir de entonces, alternó producciones de toda naturaleza posible, que siempre funcionaron en taquilla.
Para convertirse en una de las indispensables del nuevo cine independiente
Como decíamos líneas atrás, Lynch supo sacar lo mejor de ella. Terciopelo azul (1986), Corazón salvaje (1990) e Inland Empire (2006) son los filmes en los que colaboraron. No obstante de su etapa indie las participaciones más recordadas son las recientes: Certain Women (2016), de Kelly Reichardt, Mujercitas, de Greta Gerwig (2019) e Historia de un matrimonio (2019), de Noah Baumbach; con esta última logró el único Oscar que campea en su estantería –fue nominada con anterioridad por sus roles en Wild (2015) y El precio de la ambición (1992).
Por su resiliencia y por su resistencia
Más allá de reconocimientos y cumbres profesionales, la carrera de Dern está marcada por hiatos prolongados. La propia actriz denunció esa invisibilidad en la industria para las mujeres de determinada edad. También fue una de las cabezas denunciantes del movimiento #MeToo, y, aparte, es activista en favor de los derechos humanos y de la naturaleza. Un espíritu que se plasma en la TV-Movie de Jennifer Fox The Tale, que compitió en el concurso nacional del Festival de Sundance, y fue nominado a los Emmy en las categorías de mejor telefilme y mejor actriz.
@eamcinema | Park City, Utah.
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