Libros malditos en el cine

La historia de la ficción se sustenta, en gran parte, sobre esa aura maldito que ha acompañado al creador. Alguna vez, dicha aura ha tenido a la obra como parte fundamental. Podemos recordar el retrato de Dorian Gray o la joya de orfebrería que guardaba una maldición en El exorcista. En cuanto a libros se refiere, el espectro se amplia notablemente. Ya que partimos de que el gran libro del cristianismo, la Biblia, fue considerado en su época como un texto prohibido por muchos.

Los libros como conexión entre el horror y lo terrenal siempre han formado parte del acervo de cualquier civilización. En algunos casos, por ignorancia o por simple fanatismo, esa plasmación de la clarividencia provocó que muchos fueran eliminados, pasto de las llamas. Es por ello que en la ficción se da un paso más y en ocasiones se asume que la leyenda es también realidad. En nuestro afán por crear un estante maldito el día del libro, dejamos las rosas en el rosal, y elegimos una bibliografía con volúmenes que infundieron temor a más de uno.

Necronomicón Ex Mortis (Posesión infernal, 1981)

Aunque el gran Sam Raimi supo equilibrar Posesión infernal con dosis de terror, aventuras y mucha comedia, el eje de esta fábula de aire gamberro es un libro, el de los muertos, de sustrato terrorífico. Una obra que tiene como autor ficcional a Abdul Alzeez, que recopilaba siglos de oscuridad previa, y que publicó alrededor del año 730DC. Como su encabezado indica es una publicación en la que se encuentran las fórmulas para invocar y controlar a los no-vivos. Le costó la mano a más de uno. 

De Umbrarum Regni Novem Portis (La novena puerta, 1999)

Aunque la película de Roman Polanski fue un éxito de taquilla –sobre todo aquí en España, apoyada en la campaña que determinaba su estatus de coproducción—, no consiguió tal unanimidad por parte de la prensa. Este filme protagonizado por Johnny Depp nos habla, como el anterior, de textos satánicos, concretamente de Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras. Por un encargo, el rol de Depp –Dean Corso, un bibliófilo experto en reliquias— deberá encontrar las páginas extraviadas de dicha obra. Está basada en la novela homónima de Arturo Pérez Reverte.

Poética de Aristóteles (El nombre de la rosa, 1986)

Aunque el fondo de este manuscrito poco o nada tiene que ver con los anteriores, el efecto que provocaba en una abadía italiana del medievo era la muerte para aquellos que lo leían. Tras la primera muerte, la del miniaturista Adelmo de Otranto, aparece en el monasterio Guillermo de Baskerville, para averiguar la causa del deceso. El filme de Jean Jacques Annaud nos ubica en una época de oscuridad, dominada por la superstición y, claro está, por la Santa Inquisición. Una película casi perfecta, con un Sean Connery impresionante.

All them Witches (La semilla del diablo, 1968)

Otro libro maldito, en este caso dentro del universo esotérico, es el motor de la gran película de Roman Polanski, un estudio pormenorizado, por otro lado, de la maternidad. El libro está escrito ficticiamente por J.R. Hanslet, y recoge todos los rituales de brujería. Es probable que no sea el libro más indicado para tener en la cabecera de la cama. Que se lo digan a Rosemary (Mia Farrow).

El antepenúltimo mohicano

@eamcinema | Park City, Utah.

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