Sigmund Freud

Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en la localidad de Freiberg (Moravia), ahora llamada Príbor, situada en la República Checa. Murió en Londres, el 23 de septiembre de 1939, a la edad de 83 años.

Freud, neurólogo de origen judío, es considerado el padre del psicoanálisis y es una de las figuras más relevantes del siglo XX.

 

ORÍGENES

Sigmund Freud, nacido como Sigismund Schlomo Freud, creció en el seno de una familia judía en la localidad de Freiberg -actual Príbor- situada en Moravia, en el antiguo Imperio Austrohúngaro.

Debido a los problemas económicos por los que pasaba su familia, se mudaron a Viena en 1860. Allí, a la edad de 17 años, ingresó en la Universidad para estudiar Medicina.

Durante sus años en la universidad, el joven Freud tuvo que enfrentarse al creciente antisemitismo. A pesar de que intentaron humillarle por ser judío, Freud no se dejó amedrentar: no le asustaba la posibilidad de ser excluido socialmente.

En 1881 terminó la carrera de Medicina. Entre 1883 y 1885 trabajó bajo la supervisión del neurólogo alemán Theodor Meynert en el Hospital General de Viena. En 1886 abrió su primera consulta particular.

 

PRIMERAS INVESTIGACIONES: LA COCAÍNA

Una de las primeras contribuciones de Sigmund Freud en Medicina fue la proposición de utilizar la cocaína con fines terapéuticos. En 1884, publicó el artículo Über Coca (Sobre la coca), en el que profundizaba sobre las propiedades de esta droga.

Según el libro An anatomy of addiction (Anatomía de la adicción), de Howard Markel, profesor de la Universidad de Michigan, Sigmund Freud pronto cayó rendido ante los efectos de la cocaína.

Freud creía que la cocaína podía servir como tratamiento del asma, migrañas, estimulante mental e, incluso, como cura de la adicción a la morfina.

De esta manera, el famoso neurólogo se la recetó a un amigo suyo adicto a la morfina, Ernst von Fleischl-Marxow. Sin embargo, no solo no le curó, sino que añadió otra adicción más a su lista. Finalmente, Ernst murió siete años después.

Sigmund Freud dejó de consumir cocaína después de la muerte de su padre en 1896, tras pasar doce años haciéndolo. A pesar de esto, muchos consideran que no llegó a depender de esta sustancia.

 

PADRE DEL PSICOANÁLISIS

Tras más de diez años tratando neurosis -como la histeria- utilizando la hipnosis y el método catártico, Sigmund Freud decidió renovar sus técnicas y apostó por la asociación libre.

Este nuevo método, desarrollado por él entre 1895 y 1900, consistía en que el paciente expresase todas sus emociones, pensamientos, recuerdos e ideas, sin ningún tipo de selección, filtro o censura.

En 1899 publicó La interpretación de los sueños, considerada la obra más importante y popular de Freud. Se dice que con esta publicación el neurólogo terminó de desarrollar el psicoanálisis.

En 1902, Sigmund Freud recibió su primer reconocimiento como creador del psicoanálisis con su nombramiento como Profesor Extraordinario en Viena.

Fue en 1909 cuando obtuvo el reconocimiento oficial, convirtiéndose en Doctor Honoris Causa en la Universidad de Clark de Estados Unidos.

 

AMADO Y ODIADO A PARTES IGUALES

Las ideas y teorías de Sigmund Freud han hecho de él un personaje controvertido. Amado y odiado al mismo tiempo, la figura del neurólogo ha sido y sigue siendo objeto de alabanzas y críticas en nuestro tiempo.

Muchos miraban las investigaciones de Freud con acritud y con incomprensión. Sus métodos no eran compartidos por todos sus coetáneos, que criticaban que sus teorías fueran realmente científicas;  muchos otros sugerían que eran filosóficas.

Sin embargo, paralelamente, surgió un grupo de apoyo a las teorías freudianas. En torno a 1902, los miércoles, se reunía en casa de Sigmund Freud un grupo que vieneses relacionados con el mundo de la psicología.

A este grupo se le conocía informalmente como Sociedad Psicológica de los Miércoles, para más tarde llamarse Asociación Psicoanalítica Vienesa. Miembros destacados de esta organización fueron, entre otros, Alfred Adler, Carl Gustav Jung y Sabina Spielrein.

En 1915 el neurólogo estadounidense William Alanson White propuso a Sigmund Freud para el Nobel de Medicina. Hasta 1938, se presentó su candidatura en doce ocasiones, incluyendo al Nobel de Literatura.

Sin embargo, ninguna de estas candidaturas le sirvió para conseguirlo. La desconfianza en las teorías freudianas y el no considerar el psicoanálisis una ciencia fueron las causas de que Freud no tuviera este prestigioso reconocimiento.

 

ÚLTIMOS AÑOS

En 1923, se le diagnosticó un cáncer de paladar por el que fue intervenido más de 30 veces y le provocó diversas complicaciones. Sin embargo, continuó trabajando en sus investigaciones.

Sigmund Freud siguió viviendo en Austria a pesar del auge del nazismo en 1933. Reacio a abandonar el país, ese mismo año aseguró que no había ninguna certeza en que las fuerzas de Hitler se apoderasen de Austria y que no corría ningún peligro.

Se quemaron sus libros, sus hijos fueron perseguidos, sus hermanas fueron llevadas en campos de concentración… Tras estos episodios, el neurólogo judío abandonó el país en 1938 y se exilió en Londres.

El 23 de septiembre de 1939, tan solo un año después de huir de Austria, Sigmund Freud murió a causa del cáncer que sufría.