Isabel I de Castilla

La biografía de Isabel I de Castilla, la Católica, es fundamental para comprender la historia de España en una de sus etapas más importantes. A caballo entre el siglo XV y el XVI, su matrimonio con Fernando de Aragón unificó buena parte de los reinos de la península ibérica. Aquí vamos a ver cómo llegó a ser reina Isabel I de Castilla y cuáles fueron los momentos más importantes de su vida.

El ascenso al trono de Isabel I

A Isabel no le correspondía reinar. Nacida en Madrigal de las Altas Torres en 1451, la hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal era todavía una niña cuando su hermano Enrique IV se puso por primera vez la corona de Castilla.

Sin embargo, Enrique no tenía carácter ni cualidades para el gobierno y no tardó demasiado en reconocer a Isabel como su legítima heredera. Esto no deja de ser curioso, ya que el monarca castellano tenía una hija, Juana, que era a la que correspondía el derecho a reinar.

Pero los expertos señalan que Enrique IV sospechaba de la paternidad de Juana, por lo que decidió dejarla de lado y ceder la corona castellana a su propia hermana en el Pacto de los Toros de Lisando, firmado en 1468.

En 1474, Enrique muere y buena parte de la nobleza castellana asume a Isabel como su legítima reina. Eso sí, hubo facciones que se mantuvieron del lado de Juana la Beltraneja, llamada así por los rumores que afirmaban que su padre real era Beltrán de la Cueva.

Isabel y Juana llevaron Castilla a una guerra civil. El conflicto se mantuvo abierto hasta bien entrado 1479, debido a que Juana recibió el apoyo expreso de la corona de Portugal. Sin embargo, todo terminó cayendo del lado de Isabel, quien en este mismo año se convertiría para todos en la única reina legítima de Castilla.

El matrimonio con Fernando

Incluso antes de asumir la corona castellana, Isabel ya estaba casada con Fernando de Aragón. El enlace se produjo en Valladolid en 1469, muy poco después de que Enrique IV nombrara a Isabel como su legítima heredera en el pacto al que antes se ha hecho referencia.

Fernando y las tropas aragonesas fueron fundamentales en la guerra civil que enfrentó a Isabel con la Beltraneja, y es que muchas de las victorias decisivas del conflicto tuvieron al ejército de Aragón como protagonista destacado.

De esta forma, que Isabel se convirtiera en monarca de Castilla es algo que resulta en buena medida derivado de su enlace con Fernando. Sin esta boda, posiblemente, el destino de Isabel habría sido otro muy diferente.

Pese al enlace, Fernando no contaba aún con la corona de Aragón, ya que su padre seguía vivo. Sería en 1479, mismo año en el que termina la guerra con la Beltraneja, en el que este muere y se proclama a Fernando II como rey de Aragón.

Qué fue lo que hizo Isabel I de Castilla como reina

Acabada la guerra con la Beltraneja y asumida por Fernando la corona de Aragón, ambos reyes comenzaron una etapa de transformación de la monarquía y de sus territorios a diferentes niveles.

No hay que olvidar que uno de sus primeros objetivos fue convertir al catolicismo en la única religión de la península. De esa forma, la actividad militar se centró en tomar el reino nazarí de Granada, el último baluarte del islam en tierras europeas. Y lo consiguió en 1492, una hazaña que llevó al papa Alejando VI a dar a Isabel y a Fernando el título de Reyes Católicos, con el que pasarían a la historia, en 1494.

Pero la reconquista no fue su única labor religiosa. De la mano de Cisneros, Isabel creó la Inquisición en 1478 para velar por la ortodoxia católica y expulsó de sus reinos a los judíos en 1492 y a los mudéjares en 1502 para que la unificación religiosa fuese una realidad a partir de ese mismo año.

La política exterior de los Reyes Católicos pasó por crear una serie de alianzas con potencias extranjeras a través de las bodas de sus hijos. Por ejemplo, su primogénita Juana, que heredará la corona de Castilla, se casó con Felipe el Hermoso, que procedía de los Habsburgo, un enlace del que nacerá Carlos I, futuro rey de España y emperador del Sacro Imperio.

Eso sí, el gran hito de esta política exterior no fue otro que el descubrimiento de América. Isabel atendió al proyecto de Colón desde el primer momento y lo financió de forma importante, con unos resultados que nadie podía esperar en ese momento.

El legado de Isabel I de Castilla, especialmente por la cantidad de oro y riquezas que llegaron de América, fue lo que hizo posible que la corona española fuese la hegemónica en el mundo durante los siguientes siglos.

Cómo murió Isabel I de Castilla

La corte castellana se encontraba en Medina del Campo cuando Isabel enfermó de gravedad. Tanto fue así que los médicos de la época declararon que la reina tenía una hidropesía y que las misas que se estaban celebrando por su salud debían transformarse en ruegos por el alma de la reina debido a que la muerte estaba pronta.

El 26 de noviembre de 1504, Isabel I de Castilla muere y deja tras de sí un legado repleto de oportunidades para sus descendientes, que marcaría los siguientes siglos de la historia española.

A su muerte, Isabel fue enterrada en el monasterio de San Francisco de la Alhambra, aunque a la muerte de Fernando ambos recibirían sepultura en la Capilla Real de Granada de forma definitiva.

En su testamento, Isabel dejó la corona de Castilla a su hija Juana, aunque con el mandato de que Fernando fuese el regente hasta que el hijo de la infanta Juana, el futuro Carlos I, cumpliese 20 años. Así, realmente la corona nunca estuvo en manos de Juana y sería Carlos I quien en 1516 asumiría por primera vez el papel de rey de España al heredar todos los territorios de Isabel y de Fernando.

Ahora ya conoces mejor la biografía de Isabel I de Castilla, una de las figuras más relevantes y conocidas de la historia de España.