Frank Morris

¿Sabías que la biografía de Frank Morris es la de uno de los fugitivos más famosos de la historia? El escape de Alcatraz que Morris y otros presos protagonizaron sigue sin resolverse y ha sido motivo de grandes producciones de Hollywood. Esta biografía nos ayudará a conocer un poco mejor a un personaje lleno de misterio.

La vida de Morris antes de la cárcel

Frank Morris no era especialmente conocido antes de la fuga que protagonizó. Nacido el 1 de septiembre de 1926 en Washington D. C., el joven se adentró en el mundo de la delincuencia a muy temprana edad. Su infancia discurrió de una residencia a otra, ya que nunca tuvo un núcleo familiar estable, algo que pudo convertirlo en un niño conflictivo.

Gracias a los archivos policiales de la ciudad, se sabe a ciencia cierta que Morris cometió su primer delito con tan solo 13 años. No obstante, ser detenido tan joven no impidió que su carrera criminal diera comienzo.

Desde la edad que hemos señalado, el futuro protagonista de una de las fugas más espectaculares de la historia no dejó de entrar y salir de la cárcel. Delitos como robo a mano armada o tenencia de estupefacientes son solo algunos de los que figuran en su ficha policial.

Así empezó su tránsito por diversas cárceles, el cual no se detuvo nunca. Hasta que llegó a Alcatraz.

La llegada a Alcatraz

Más que un delito de Frank Morris concreto, lo que le condujo a Alcatraz fue la larga lista de antecedentes que tenía. Conviene que recordemos que esta no era una cárcel cualquiera ni mucho menos. La prisión tomó el nombre de la isla en la que se encuentra, un pequeño islote situado en la bahía de San Francisco.

La Roca, como se la conocía popularmente, se consideraba un espacio del que era imposible fugarse. Las medidas de seguridad eran tan extremadamente estrictas que la única vía de salida posible era nadando varios kilómetros.

Sin embargo, las fuertes corrientes de la zona hacían que esto fuese una misión imposible, ya que se creía que cualquiera que lo intentase terminaría ahogado. A ello se unía el hecho de que las temperaturas del agua eran gélidas durante todo el año, por lo que la hipotermia acabaría con cualquier fugitivo.

A este entorno de máxima seguridad llegó Morris el 18 de enero de 1960 con el número 1441. Muchos dicen que la idea de la fuga se forjó nada más llegar a Alcatraz. El futuro fugitivo observó algunos puntos débiles en el sistema de las celdas y comenzó a idear una serie de estrategias para burlar la que parecía una cárcel inexpugnable.

La preparación del escape de Alcatraz

La determinación de Morris era única y el plan que desarrolló para escapar tomó cuerpo en poco tiempo. La principal baza para el escape estaba en la rejilla de ventilación de su celda. Frank comprobó que no era demasiado resistente y que podía eliminarse con un poco de trabajo. No obstante, este solo era el primer obstáculo, dado que también había que ensanchar el hueco de ventilación y realizar otras acciones.

Todo ello hizo que Morris se diese cuenta de que se necesitaba un equipo para llevar a cabo una fuga que resultaba imposible para uno solo. De esta forma, el preso entró en contacto con los hermanos John y Clarence Anglin, y con Allen West. Entre los tres comenzaron a perfilar todos los detalles de la fuga y elaboraron un plan digno de una película.

Para empezar, valiéndose de utensilios como cortaúñas, los presidiarios retiraron la rejilla de ventilación y consiguieron ensanchar el conducto para poder pasar por él. A ello le sumaron la creación de varias cabezas hechas de yeso y pelo humano recogido en la barbería del penal, las cuales tenían la función de despistar a los guardias nocturnos.

Se sabe que los cuatro reclusos lograron crear una balsa para cruzar la bahía con plásticos y otros objetos disponibles en la prisión. Asimismo, se piensa que diseñaron chalecos salvavidas y otra serie de accesorios indispensables para una fuga de este tipo.

El plan comenzó a desarrollarse en mayo de 1962 y se ejecutó el 11 de junio de ese mismo año.

Fuga y muerte de Frank Morris

La fuga se llevó a cabo según lo planeado, aunque no faltaron sorpresas. La idea era que los cuatro presos salieran a la vez de sus celdas y se encontraran en el pasillo de mantenimiento. Sin embargo, West no consiguió llegar a tiempo y se tuvo que dar la vuelta, puesto que los otros habían emprendido la huida sin él.

Los tres presidiarios restantes siguieron un camino que les llevó por los tejados de la prisión hasta descender por las tuberías de desagüe y alcanzar la línea de costa tras superar varias verjas de protección. Aquí hincharon la balsa y se hicieron al mar.

Lo que pasó a partir de ese momento sigue siendo fruto de las conjeturas de las investigaciones, ya que nadie sabe a ciencia cierta qué sucedió. Hay hipótesis que señalan que los presos tenían un cómplice que les esperaba con un barco en mitad de la bahía. Otras dicen que consiguieron cruzar a salvo la distancia que les separaba de la costa. El misterio permanece vigente en nuestros tiempos.

Sin embargo, la mayor parte de las investigaciones determinan que Frank Morris y sus cómplices murieron en la fuga. Así, las pesquisas realizadas por los especialistas dan por hecho que ese mismo día tuvo lugar el fallecimiento de Morris.

No obstante, los cuerpos nunca fueron hallaron y no se encontró ni el más mínimo rastro de los presos. Esto hizo que la fuga se convirtiera en una leyenda que fue llevada al cine en 1979.

El impacto del escape de Morris de Alcatraz fue tal que la cárcel cerró solo un año después. Lo cierto es que se trataba ya de un centro antiguo y en malas condiciones, pero perder su halo de inexpugnabilidad llevó a las autoridades a su clausura definitiva.