Carl Gustav Jung

Carl Gustav Jung fue un psicólogo y psiquiatra de origen suizo. Su obra es una de las más comentadas en el siglo XX, y es que hizo que la ciencia de la medicina mental avanzara de forma considerable. Su vida está llena de momentos interesantes que sirven para conocer quién fue Carl Gustav Jung realmente.

Los años de formación de Jung

Tras haber venido al mundo en 1875 en un pueblo suizo de paisaje idílico, Jung vivió una infancia común. Al menos para una familia acomodada de origen alemán, por lo que los primeros años de Carl Gustav pueden ser considerados los de un niño normal.

El interés cultural que se vivía en su familia pronto calaron en el niño. Este realizó desde muy temprano lecturas de grandes obras, como Así habló Zaratustra de Nietzsche o Fausto de Goethe.

Estas son solo dos de las obras que marcaron desde muy pronto a Carl Jung, tal y como este reconoció en su autobiografía. De estas lecturas comenzó a forjarse el carácter del joven Jung, aunque este terminaría por tomar cuerpo durante su estancia en la universidad.

Especialmente importante fue el paso del joven por París. En la capital francesa, Jung asistió a los cursos de psicopatología de Pierre Jenet. Es aquí donde entraría en contacto con las principales corrientes psicológicas de principios del siglo XX.

De vuelta a Zúrich, entró a trabajar en una clínica psiquiátrica, donde desarrolló una serie de investigaciones que le otorgaron gran fama dentro del mundo médico. Sin embargo, pronto dejó de lado el trabajo práctico y se sumó a la docencia.

La colaboración con Freud

El principio del siglo XX, si nos referimos al ámbito psiquiátrico y psicológico, tenía un nombre propio. Este no era otro que el de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis.

Freud y Jung se conocieron personalmente en 1907, cuando el suizo ya era una autoridad respetada. Pronto empezaron a colaborar, dado que Jung se había sumado a la corriente freudiana que dominaba la psicología de la época.

Aunque la colaboración fue fecunda, no duraría demasiado. En 1910 comienzan a producirse las publicaciones en las que Jung va alejándose paulatinamente de Freud. 1913 será el año en el que sus caminos se separan definitivamente. Es más, en algunos escritos de la época comienza a llamar a su trabajo psicología analítica o compleja para distinguirse completamente del psicoanálisis freudiano.

Pero esta separación no significa que Jung rechazara de plano todas las afirmaciones de Freud. El descubrimiento del inconsciente y otros dogmas del psicoanálisis se mantienen vigentes en la obra del primero. La separación va más en la interpretación de estas estructuras mentales.

Para Jung, los arquetipos del inconsciente profundo son comunes a todas las culturas. Esto hizo que el suizo comenzara con una labor en la que se mezclaban a partes iguales la psicología con la antropología de campo más genuina.

Los viajes de Jung

Dispuesto a confrontar sus ideas con la propia realidad, el psicólogo decidió hacer las maletas y recorrer medio mundo buscando en culturas antiguas rasgos que le dieran la razón.

Ahí empieza una de las etapas decisivas de su vida. Convertido en una auténtica eminencia en el campo de la psicología y la psiquiatría (eran muchos incluso los que lo situaban por encima de Freud), Jung recorrió medio mundo.

Su paso por zonas del África septentrional, Nuevo México, Oriente Medio o áreas lejanas de la India y de otros países es uno de los grandes hitos de su vida.

Jung buscó en los pueblos antiguos los arquetipos de la personalidad humana individual y colectiva. También es en esta época donde colabora con antropólogos, mitólogos y expertos en culturas antiguas.

No podemos dejar de lado que esto enriqueció enormemente el trabajo teórico del suizo. Mientras que el psicoanálisis se centraba en la cultura occidental, la psicología jungiana buscaba las bases universales del comportamiento humano, lo que dio lugar a una serie de aportes muy significativos.

La vuelta a Suiza

Después de haber recorrido medio mundo, Jung volvió y se asentó definitivamente en Suiza. El material que había recopilado y la colaboración con expertos en otras materias le sirvieron para seguir profundizando en su línea de trabajo.

Es más, fue en estos años cuando el psiquiatra volcó su atención en las mitologías antiguas buscando en ellas un trasunto de la personalidad psicológica de los pueblos que las habían creado.

Convertido en estrella de la ciencia, a partir de los años 30 Jung no dejó de recibir premios. Presidente de asociaciones psicológicas en muchos países del ámbito europeo, catedrático en Basilea… Fueron muchos los reconocimientos que llegaron incluso a la fundación del Instituto Carl G. Jung, que aún hoy sigue en activo.

La muerte de Jung

Sin embargo, todo esto se detuvo de forma inesperada en 1946. Fue en ese año cuando Jung comenzó a abandonar todos sus cargos y su actividad docente debido a problemas de salud de diversa índole.

Recluido en su casa de Küssnacht, los últimos años de Jung no fueron del todo baldíos. Al contrario, el autor siguió trabajando, aunque ya desde una perspectiva más teórica que la mantenida a lo largo de su vida. Es más, hemos de destacar que fue en ese momento cuando mayor atención prestó a las mitologías antiguas, especialmente a las del Lejano Oriente.

Así llegó el año de 1961. Este es el de la muerte de Jung, la cual le sorprendió leyendo y desarrollando una serie de investigaciones que nunca se verían completas. Eso sí, el suizo dejó tras de sí uno de los legados más importantes de la ciencia psicológica de toda la historia. De hecho, abrió una profunda brecha entre su teoría y la mantenida por el psicoanálisis de corte freudiano.

En definitiva, la biografía de Carl Gustav Jung es la de una de las grandes celebridades del siglo XX. La psicología no sería hoy la ciencia que es sin su concurso y, además, otras muchas disciplinas, como la antropología, tampoco se podrían haber desarrollado sin la acción del suizo.