Guccio Gucci

La biografía de Guccio Gucci hace referencia a uno de los diseñadores de moda italianos más relevantes de la historia. De hecho, fue el fundador de la firma Gucci, la cual ha sobrevivido con gran éxito hasta nuestros días. Aquí ofrecemos un profundo repaso de su vida.

La historia de Gucci

Guccio Gucci vino al mundo el 26 de marzo de 1881 en la ciudad de Florencia del por entonces Reino de Italia. Fue hijo de un importante comerciante italiano, y esto le permitió, a la edad de 17 años, viajar a París y Londres y pasar en ellas varios meses. Grandes urbes que, en aquella época, eran símbolos de la cultura y la sofisticación.

Lo realmente importante es que, tras trabajar en el Hotel Savoy como maitre, volvió a Florencia decidido a abrir un negocio. En concreto, puso en marcha una tienda especializada en la venta de alforjas y sillas de montar de cuero. Sin embargo, la demanda de productos para caballos se vio reducida paulatinamente conforme creció la demanda de coches. Aún así, esta idea le dio para mantenerse durante más de 20 años.

En 1921, a Guccio Gucci no le quedó más remedio que reinventar su negocio y orientarse a otros tipos de accesorios. Por ello, abrió una pequeña tienda de maletas de viaje confeccionadas en cuero en su Florencia natal. Sus diseños mezclaban la maestría de los artesanos toscanos con la innovación de los diseños londinenses. Esa fue la clave de su éxito. Apenas tardó meses en construirse un nombre de prestigio.

El catálogo de Gucci empezó a llenarse de guantes, zapatos, baúles, bolsos y cinturones, y así fue hasta la década de 1930. A esas alturas, clientes de toda Italia y de muchos lugares de Europa acudían a su boutique para comprar sus productos de cuero. Incluso, confeccionó productos de equitación para las personas de la aristocracia.

Un momento clave en la historia de Gucci se produjo en 1932. En concreto fue al diseñar un zapato mocasín con un ribete dorado que, de hecho, supone el mayor éxito de la marca hasta el momento. A partir de ahí, el diseñador y dueño de la compañía decidió expandirse. Al fin y al cabo, le era imposible atender todas las demandas recibidas en su tienda de Florencia, por lo que abrió otra tienda en Roma, la cual mantuvo el nivel de éxito de la original.

El estallido de la II Guerra Mundial y la participación de Italia en ella supuso un problema para Gucci. El conflicto bélico dificultó ostensiblemente el acceso a las materias primas que necesitaba la marca. ¿El motivo? La mayoría de ellos procedían del extranjero, y las importaciones se habían visto gravemente afectadas.

Sin embargo, los auténticos genios sacan lo mejor de sí mismos en tiempos de dificultad. Así que, para compensar la falta de cuero, Gucci empezó a trabajar con cáñamo, yute, lino y otros tejidos naturales. Estos materiales fueron los protagonistas de las creaciones más icónicas de la firma en la década de 1950. Hablamos, por ejemplo, de los pañuelos de seda, de las corbatas, de los cinturones con hebilla y, sobre todo, de los bolsos de mano con asas de bambú. Unos años en los que el uso de accesorios Gucci se estableció como un símbolo de estatus social.

El fallecimiento de Guccio Gucci y el futuro de la marca

El 2 de enero de 1951, Italia se despierta con la noticia de que Guccio Gucci había muerto. Tenía 71 años. A lo largo de las últimas décadas, había criado junto a su esposa, Aida Calvelli, un total de seis hijos. Cuatro de ellos (Rodolfo, Ugo, Vasco y Aldo) se hicieron cargo del negocio del siguiente modo:

  • Rodolfo se ocupó de preservar los intereses de la marca y de abrir nuevas tiendas en Italia.
  • Vasco fue supervisor de operaciones desde Florencia.
  • Aldo se mudó a Nueva York y, una vez allí, dio inicio a la formación del imperio internacional de Gucci.
  • Ugo se ocupó de la administración y gestión del negocio.

Sobre el papel, la historia de Gucci iba viento en popa. Cada vez gozaba de más fama a nivel internacional y generaba cientos de millones de dólares al año. Sin embargo, la relación familiar que había detrás era un auténtico desastre. Las disputas por la herencia de Guccio, por la realización de operaciones diarias y por la tenencia de acciones eran habituales. Muchas veces, incluso acabaron en los juzgados.

Esta situación de confrontación se prolongó durante cuatro décadas. La historia se convirtió en material de referencia para tabloides de todo el mundo. La presión de los periodistas y paparazzi era insoportable.

La situación llegó al clímax en la década de 1990. Por aquel entonces, la firma ya había sufrido consecuencias negativas derivadas de las litigaciones entre la familia Gucci. Así que, en 1993, Maurizio Gucci, hijo de Rodolfo, decidió retirarse y vender sus acciones a Investcorp. Se trataba de un grupo de inversión de origen árabe. ¿El precio? Algo más de 102 millones de euros, aunque por aquel entonces la operación se realizó en liras italianas.

Bajo el mando de Tom Ford, diseñador elegido por Investcorp para dirigir la firma, Gucci vuelve a convertirse en un icono de estilo. De hecho, restaura su prestigio perdido y vuelve a ser considerada un referente. En estos momentos, se considera que su valor total supera ligeramente los 13 000 millones de euros.

Por otro lado, las disputas dentro de la familia Gucci alcanzaron un nuevo nivel. El 27 de marzo de 1995, Maurizio Gucci fue asesinado por un criminal a sueldo llamado Benedetto Ceraulo. Tres años después se supo que la orden la dio su exmujer, Patrizia Reggiani, pero esa es otra historia.

En definitiva, ya sabemos quién fue el fundador de Gucci, pero no solo eso. También hemos aprendido cómo consiguió llevar a lo más alto a la firma dentro del sector del lujo. Una historia apasionante que, desde su muerte, llevó aparejada conflictos familiares desoladores. En cualquier caso, la firma ya no guarda relación con quienes la elevaron a lo más alto.