En una residencia de ancianos de Madrid hay una numerosa colonia de gatos. Los animales llegaron por casualidad y ahora conviven amigablemente con los residentes, que les han recibido con los brazos abiertos.
Esta convivencia se ha convertido en una terapia muy beneficiosa para los ancianos, que disfrutan del cariño y de la compañía de estas mascotas.
Todo un ejemplo de cómo los animales pueden ayudar a las personas más necesitadas.
