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Con nombre propio (capítulo completo): La casa de Lorenzo Castillo

En el capítulo 2 de Con nombre propio conocemos al diseñador de interiores Lorenzo Castillo que nos abre las puertas de su casa para mostrarnos su estilo.

Para Lorenzo Castillo el interiorismo tiene una parte de creatividad y otra de practicidad. Nos confiesa que lo más importante para él es el diseño.

Las antigüedades son su pasión y están reflejadas en todos sus trabajos. De hecho, que se haya convertido en uno de los interioristas más reconocidos de España se lo debe en parte a ellas.

Estudió Historia del arte al mismo tiempo que regentaba un anticuario. Fueron precisamente sus clientes los que empezaron a pedirle que decorase sus casas.

Su lanzamiento fue a través de la decoración de la tienda de Loewe de Gran Vía. Fue un reto en el que tuvo que recuperar la decoración de la época de Alfonso XII y combinarlo con los muebles contemporáneos.

A partir de ahí empezaron a lloverle los encargos. Uno de los más destacados fue el famoso hotel Grace de Nueva York o el hotel Santo Mauro.

Y ¿cuáles son sus fuentes de inspiración? Nos confiesa que Madrid, su arquitectura y, cómo no, viajar.

Como no podía ser de otra forma, uno de los lugares que más lo inspira es el rastro de Madrid. Allí desconecta rodeado de antigüedades y de piezas únicas que no llevan el sello de ninguna época ni de ninguna tendencia.

Con Lorenzo Castillo nos desplazamos hasta allí y conocemos la tienda de antigüedades La Brocanterie.

De ahí nos dirigimos a su nueva tienda de decoración y antigüedades, situada en la calle Almirante de Madrid. En ella podréis encontrar sus diseños y también piezas de entre los años 30 y 70.

Conocemos también algunas de las casas que decoró para particulares. En una de ellas la decoración está marcada por su arquitectura contemporánea y el paisaje que la rodea. ¡El resultado es maravilloso, un balance entre lo antiguo y lo moderno!

Le preguntamos también ¿cómo define su estilo? Nos explica que como una interpretación del mundo clásico. Intenta utilizar el arte de esa época en un entorno contemporáneo.

Y finalmente conocemos su casa. La decoración mezcla el estilo del siglo XVII español y del XVIII francés, sueco e italiano. Dentro nos encontramos uno de sus sitios favoritos: un bar que ha convertido en una especie de mundo de fantasía forrado de espejos. ¡Su casa es, sin duda, el mejor producto de su forma de ser!

¿Qué vas a necesitar?