En este capítulo de Esta casa es mía, podemos comprobar Cómo se lo montan los nuevos solteros.
En Castro Urdiales, Cantabria, nos recibe Josean Ramos, que vive sobre una lonja rehabilitada en el casco antiguo de esta población. Como perchero tiene un saco de boxeo. Al empezar a hacer la reforma de la casa descubrió la piedra original y los ladrillos originales con los que estaba compuesta la fachada de la casa y Josean decide conservarlos y dejarlos a la vista.
Es una casa típica de pescadores en la que vivía una familia entera, ahora es una casa para un soltero. El cuarto de baño tiene un lavabo de bronce puro, recuperado de un hotel con prestigio, por el que han pasado multitud de personalidades. El armario no tiene puertas, el dueño ha querido ser práctico y nos explica que no es antiestético.
En la cocina, todos los electrodomésticos están ocultos y la encimera es una barra hecha totalmente de madera de pino. El dueño de esta casa se define como una persona muy uniforme, con gustos por todo lo monocromático.
En Algeciras, Cádiz, nos recibe Alberto Benítez con su hermano, un informático y un agente de viajes, que han hecho una casa que engaña por fuera. En la entrada de la vivienda, tiene un falso techo donde guarda la bicicleta y su equipación para montar en ella.
Nos enseñan su lavabo, que debía ajustarse a la falta de espacio, y está hecho con un comedero de perros. Las paredes de una de las esquinas del cuarto de baño están cerradas con botellas de cristal de aceite de oliva, formando una pared translúcida por la que pasa la luz.
Por otra parte, en el salón dispone de un proyector con el que se puede montar una pantalla de cine.
El techo de esta casa y las vigas, están hechas de madera de encofrado que tapan el techo original.
En su moderna habitación, tienen un armario con una cuerda extensible escondida en su pared interior, que si tiras de ella sale el perchero para secar la ropa.
Una casa confortable y muy práctica.
