Para prevenir la obesidad infantil, es necesario introducir en la dieta de los más pequeños más frutas y verduras y evitar precocinados o frituras además de mejorar sus meriendas.
A diario es necesario incluir productos lácteos y cinco raciones de frutas y verduras. Para que estas últimas sean más apetecibles prueba a mezclarlas con bechamel y gratinarlas en el horno. También te ayudará el hacer los platos más llamativos, como una colorida ensalada de pasta.
Introducir una merienda o un pequeño almuerzo en la dieta del niño hará que llegue a las cinco comidas diarias necesarias.
A la hora de elegir entre un bocadillo de jamón y la bollería industrial hay que tener en cuenta que aunque las calorías sean las mismas, el bocadillo es mucho más rico en aportes nutricionales además de ser más saciante.
Por último, es necesario fomentar la actividad física ya que no hacer deporte es otro factor que favorece la obesidad infantil.
