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Cómo tratar las patologías del embarazo con la homeopatía

En una etapa tan especial de la vida como es el embarazo, toda futura mamá sabe que resulta fundamental cuidarse más que nunca, tanto por su propia salud como por la del bebé. Toda mujer embarazada sabe que es necesario mantener una alimentación equilibrada, descansar y practicar ejercicio de forma moderada. Aún así, en ocasiones se siente algún malestar como dolor de cabeza, pesadez de piernas, vómitos o crisis hemorroidales.

El principal inconveniente es que al estar embarazadas las mujeres no pueden seguir un tratamiento cualquiera para aliviar las molestias. Pero lo que muchas de ellas desconocen es que tienen en los medicamentos homeopáticos un aliado eficaz y seguro, tanto para el bebé como para ellas.

La principal ventaja de los medicamentos homeopáticos es que suponen un tratamiento eficaz durante todas las etapas del embarazo y también tras el parto.

Durante las 38 semanas de gestación los medicamentos homeopáticos alivian las molestias digestivas, tales como náuseas, vómitos y flatulencias… Además de problemas urinarios como la cistitis; los trastornos circulatorios venosos como pesadez de piernas, varices o hemorroides; también los dolores lumbares y articulares; y los trastornos psíquicos propios de algunas mujeres como tristeza, depresión, cansancio intenso…

Durante la preparación al parto los medicamentos homeopáticos ayudan a evitar la rigidez del cuello uterino y así facilitar su dilatación, alivia los dolores y evita la aprensión y el nerviosismo por anticipación.

En el postparto inmediato la homeopatía ayuda a atenuar los dolores, disminuir la fatiga y prevenir todo riesgo de infecciones. Es más, durante la lactancia los medicamentos homeopáticos son utilizados para tratar la subida de leche insuficiente, las grietas y fisuras en el pezón y la astenia. También para frenar la persistencia de secreción mamaria cuando se ha decidido interrumpir la lactancia.

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