En el capítulo 2 de Dietas a examen el nutricionista Gregorio Mariscal nos explica cómo realizar una dieta anti-volumen, en la que el profesional dará un tratamiento muy planificado a la paciente para que sepa qué tomar, cuándo y cuánto. Además, como apoyo tomará unas ampollas ricas en algas y principios antioxidantes y hará también tratamiento para que la piel mejore.
Susana Carrillo, la paciente, es una mujer de 40 años, que aunque reconoce que siempre ha tenido un peso elevado, fue durante y después del embarazo cuando su peso aumentó de forma más notable. Pica entre horas y la ansiedad puede ser uno de los motivos por los que lo hace.
Tras una exhaustiva exploración, el nutricionista concluye que tiene un exceso de peso grande y también debe perder mucha grasa y líquidos. Por ello, diagnostica obesidad mórbida y le propone una dieta de choque de 10 días para que note cambios a corto plazo y se motive a continuar, mejorando su alimentación y haciendo ejercicio.
En el desayuno deberá tomar 200 gramos de lácteos y 300 de fruta; en la comida 300 gramos de verdura y 250 gramos de carne, pescado o huevo; en la cena 300 gramos de verdura y la misma cantidad de fruta; y a media mañana y merienda, 300 gramos de fruta.
Además, deberá tomar comprimidos que resten grasa a los alimentos que va a ingerir antes de hacerlo y las ampollas ricas en algas para mejorar la celulitis y quemar mejor la grasa. Dos veces en este periodo también tendrá un tratamiento en la clínica para mejorar la piel.
Susana empieza su plan de adelgazamiento comprando distintas frutas: mandarinas, manzanas, kiwis, tomates, y también verduras. Además, adquiere carnes ligeras como pechuga de pollo y ternera. Tras seguir estos hábitos durante cinco días ya nota que ha perdido peso y le vale mejor la ropa, lo cuál la anima a seguir. Tras los diez días, Susana visita la consulta y reconoce que no ha pasado hambre y ha reducido casi veinte centímetros de abdomen, grasas y líquidos. Por eso, decide que continuará teniendo una alimentación sana.
