La siguiente información procede de una serie de posts del usuario EvraVon53, que revela cómo realizó su propia recreación del controvertido «Experimento Ganzfeld» cuando estaba en la universidad. Aunque no se da la fecha del intento (se supone que fue durante la década pasada), esta prueba en concreto se viene realizando desde 1974.

El objetivo del experimento original era comprobar las capacidades de percepción extrasensorial de los pacientes -llamados «receptores»- sometiéndolos a un estado de aislamiento sensorial parcial durante un periodo de 30 minutos, durante el cual otro voluntario -el «transmisor»- se concentraba en un pensamiento o una imagen concreta, y hablaba de estos pensamientos en voz alta a un testigo independiente (el receptor no lo oye), que también los grababa.

Después de la «sesión Ganzfeld» de 30 minutos, se muestra al receptor una serie de imágenes y/o fragmentos de texto, uno de los cuales refleja con exactitud las afirmaciones que el testigo grabó del «transmisor», mientras que los demás son «señuelos» que contienen información que no coincide.

En cuanto a si los sujetos del primer experimento mostraban signos de percepción extrasensorial, los datos del experimento original siguen siendo poco concluyentes y motivo de controversia, debido a algunas discrepancias en los métodos. Sin embargo, hubo algunos efectos secundarios inusuales y sorprendentemente constantes notificados por los participantes en la prueba, incluyendo una serie de alucinaciones compartidas – ahora conocido como el «Efecto Ganzfeld.»

Muchos de los que experimentaron este efecto afirmaron haber visto «entidades» específicas, muchas veces figuras borrosas y sombrías que salían de una niebla brillante y que a veces irradiaban auras de muchos colores, indicando en muchas ocasiones algún tipo de inteligencia independiente. Mientras que la mayoría de los científicos teorizan que esto se debe en realidad al comportamiento sistemático de la corteza visual del cerebro, y su tendencia a darle orden a patrones aleatorios, algunos parapsicólogos han postulado que las entidades existen en un plano de existencia distinto al nuestro… aunque no hay pruebas concretas que lo respalden.

Motivado por la curiosidad, EvraVon53 decidió recrear el experimento y convenció a su compañero de piso Travis para que fuera su paciente.

Se las arreglaron para encontrar los materiales necesarios para emular el montaje original: hasta unas pelotas de ping-pong cortadas por la mitad para cubrir los ojos de Travis, una luz roja para alumbrar estas fundasjos, unos auriculares con cancelación de ruido (que recibían una grabación constante de ruido blanco) y una cámara de vídeo para grabar los resultados.

Durante los 20 minutos que duró el procedimiento, Travis permaneció en silencio e inmóvil… pero después de este momento, según se informa, comenzó a hablar con una voz confusa. Siguiendo los criterios del experimento, Evra concentró su mente en preguntas específicas, como «¿De dónde eres?» «¿Qué haces?» y «¿Por qué estás aquí?». Después de cada pregunta, Travis reaccionaba moviendo la mano en el aire delante de él, como si estuviera anotando algo. Evra había estado tomando nota de las respuestas de su compañero de habitación, que eran extrañas pero nada fuera de lo esperado, cuando de repente Travis empezó a formular sus propias preguntas… y aquí es donde el experimento dio un giro desconcertante.

«¿Quiénes son?» Travis preguntó. «¿Por qué están aquí?»

Cuando Evra preguntó a quién se refería Travis, su compañero de habitación sólo dio respuestas ambiguas y sin sentido, sin dejar de hacer gestos de estar escribiendo en el aire.

A los 30 minutos, Evra paró el ruido blanco y quitó los tapones de los ojos de Travis, tras lo cual éste volvió a un estado alerta pero algo atontado. Cuando se le preguntó por los detalles de su experiencia, Travis sólo pudo recordar imágenes y sonidos imprecisos y abstractos, y no recordaba las preguntas de Evra ni tampoco sus propias preguntas… y no recordaba haber mencionado a «Ellos».

Según Evra, Travis se comportaba de forma diferente desde entonces, y parecía estar «desconectado» de él y de sus otros amigos. Cualquier mención de ese día, incluso en forma de broma, le hacía reaccionar espantado, como si tratara de escapar de un recuerdo.

«Cosas como este experimento no son naturales», concluye Evra. «Creo que todos deberíamos afrontarlo y dejar de intentar refutarlo… simplemente hay algunas cosas en este mundo que no se pueden explicar».