¿Qué le pasó a David Bradley si no hay lobos en Stillwood?

¿Qué le pasó a David Bradley si no hay lobos en Stillwood?

¿Qué le pasó a David Bradley si no hay lobos en Stillwood?

Este corto, impactante y escalofriante creepypasta se atribuye a un individuo conocido como «Josef K», que afirma ser residente de Ichor Falls, en el condado de Mason (Virginia Occidental), en las inmediaciones de un pequeño pero denso bosque conocido por los locales como «Stillwood».

Josef empezó su relato aludiendo a un estudio del Servicio Forestal Nacional, según el cual el lobo gris, que antiguamente habitaba los bosques de Virginia, se había dado por extinguido y no se había visto ningún tipo de lobo en la zona desde 1900.

Si preguntas a la gente más mayor, también te asegurarán que «no hay lobos en el Stillwood».

Entonces, ¿por qué Josef se molestó en destacar esto? ¿Y por qué dice que los locales más mayores de Ichor Falls prefieren no adentrarse en el bosque por la noche?

Todo empezó con senderistas y campistas que visitaban el bosque durante los últimos años, quienes empezaron a contar incidentes con «enormes depredadores» al acecho en el bosque. Cuando hablaron sobre estos avistamientos al Servicio de Control de Animales, siempre recibieron la misma respuesta:

«No hay lobos en Stillwood».

Después llegaron historias de que las mascotas de los vecinos de la zona habían desaparecido en el bosque y nunca habían regresado… o peor aún, que habían sido encontradas muertas días después, sus cuerpos descuartizados y descarnados.

Llegó la familia Bradley a vivir cerca de Ichor Falls… y poco después de instalarse en su nuevo hogar, su joven hijo David desapareció del patio trasero.

A pesar de una búsqueda exhaustiva en el bosque y en los alrededores, la familia Bradley, la policía y los voluntarios locales no lograron encontrar ningún rastro de David, aparte de unos trozos de la chaqueta que llevaba puesta cuando desapareció, manchados de sangre.

Las autoridades trataron el caso como un secuestro en lugar de un ataque animal… porque, como siguen diciendo los locales, «no hay lobos en Stillwood».

Josef K te dirá lo mismo… pero sigue cerrando las puertas y ventanas de su casa por la noche, y ni siquiera se atreve a mirar hacia el bosque cuando cae el sol.

Nunca aclara por qué, pero su relato termina con una advertencia muy críptica:

Si alguna noche te encuentras paseando cerca o dentro del bosque, vete a casa tan rápido como puedas. Procura no hacer caso de los sonidos del viento nocturno, que aúlla… solo hará volar tu imaginación. Y si ves unos ojos policromos, brillando a través de la niebla desde la maleza o desde las ramas arriba, si tienes la suerte de llegar a casa sano y salvo, consuélate con este pensamiento:

No hay lobos en el bosque de Stillwood… ¿verdad?