LAS CASAS MÁS TERRORÍFICAS DEL CINE DE TERROR

LAS CASAS MÁS TERRORÍFICAS DEL CINE DE TERROR

LAS CASAS MÁS TERRORÍFICAS DEL CINE DE TERROR

La arquitectura es algo que no solemos valorar tanto como deberíamos. Se mire por donde se mire, todo es producto de la arquitectura, así que lo correcto sería reconocer todos los esfuerzos que supone, ¿no? Es por ello que hoy, 4 de octubre, se celebra el Día de la Arquitectura en todo el mundo.

Y ni qué decir que la arquitectura ha jugado un papel fundamental dentro del mundo del cine de terror. Desde hace décadas, las casas que hemos visto en las cintas de terror han llegado y desaparecido, algunas sólo para el recuerdo, mientras que otras se han convertido en todo unos iconos entre los fans del cine de género y siguen sembrando el miedo hasta entre los públicos más valientes… y los agentes inmobiliarios más eficientes y despiadados.

Las casas encantadas no son para nada una novedad en el ámbito del cine de terror, pero, por muy habituales que sean, no hay nada más aterrador que las siguientes 5 casas…

PESADILLA DIABOLICA (1976)

La histórica casa Dunsmuir de Oakland, California, ha acogido diversas películas, entre ellas PHANTASMA y UNA NOVIA SIN IGUAL. Pero su presencia más memorable ha de ser su protagonismo en PESADILLA DIABÓLICA, de 1976, dirigida por Dan Curtis. El reparto es inmejorable (Karen Black, Bette Davis, Burgess Meredith, Eileen Heckart y un Oliver Reed haciendo una interpretación increíblemente exagerada), y la historia es de lo más extraña, ya que una mansión en ruinas se rejuvenece a sí misma a base de exprimir la vida de sus nuevos inquilinos. Además, el siniestro chófer sonriente que aparece periódicamente a lo largo de la película es un bonus de pesadilla.

 

TERROR EN AMITYVILLE (1979)

Basada en un libro sobre un engaño inventado para sacar provecho de un asesinato en masa muy real, la sórdida historia detrás de los terrores que pasaron en Amityville es inextricable de la película de 1979. Pero la película – que se rodó en Toms River, Nueva Jersey, y no en la auténtica casa de Amityville – es realmente inquietante, y no por los efectos especiales del «cerdo fantasma». El gran Rod Steiger deja huella interpretando al cura, y Margot Kidder y James Brolin son también muy eficaces como los nuevos propietarios de la casa, cuyo matrimonio y situación financiera están al borde del abismo, como consecuencia de las tensiones (sobrenaturales y de otros tipos) relacionadas con su nuevo hogar. Es sorprendente que la saga Amityville siga generando nuevas secuelas, pero la cinta original es la única que merece la pena ver.

 

AQUELLA CASA AL LADO DEL CEMENTERIO (1981)

En 1981, la leyenda italiana del cine de género Lucio Fulci dirigió esta película sobre una familia de Nueva York que se traslada a una casa destartalada en Massachusetts con una historia truculenta – tanto reciente, ya que el último propietario mató a su amante y luego se suicidó, como más antigua, por un tal «Dr. Freudstein», que vivió allí 100 años antes y todavía merodea por el sótano. No se trata de una producción muy sofisticada – pero se trata de una película de Fulci, lo que significa unos momentos de gore extraordinarios – y la propia casa es tan siniestra que casi no te das cuenta del cementerio contiguo.

 

LA MANSIÓN DE LOS CRIMENES (1971)

El autor de «Psicosis», Robert Bloch – sin duda todo un referente en cuanto a casas siniestras – escribió las cuatro historias que se adaptaron para esta película antológica británica del 1971. Cuando una estrella de cine desaparece después de haber alquilado una enorme casa de campo, el detective que se encarga del caso comienza a reconstruir el pasado sombrío de la propiedad. Cada segmento de la película revela un nuevo terror, y los titanes del género, Christopher Lee y Peter Cushing, ayudan a intensificar todos los acontecimientos góticos de la cinta.

 

LOS OTROS (2001)

Esta es una de esas cintas de miedo que requiere varios visionados. De entrada, es una historia sobre una viuda y sus dos hijos que parecen vivir en una casa encantada… hasta que un giro al final revela que en realidad son ellos los fantasmas, pero no se han dado cuenta. Una vez vista la película, el espectador puede ir descubriendo las claves que llevaron a la revelación – por eso los sirvientes actúan de ese modo tan extraño- y el escenario de esta retorcida historia no puede ser más tenebroso: una gigantesca casa gótica situada en las brumosas islas Anglonormandas durante los oscuros meses posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

¿Sabías que en realidad esta casa se trata de un castillo en España? Eso explica la complejidad de la arquitectura, la increíble carpintería y esas enormes y terroríficas ventanas. Ah, ¿y quién podría olvidar el increíble patio que tiene?