3 historias reales que resultan ser más terroríficas que la ficción

3 historias reales que resultan ser más terroríficas que la ficción

3 historias reales que resultan ser más terroríficas que la ficción

Seguramente habrás oído el dicho «La realidad supera a la ficción», y es precisamente por esa razón que algunos de los asesinos más depravados y las historias más espeluznantes que han pasado por la gran pantalla tienen su origen en hechos reales. Ed Gein fue la fuente de inspiración para PSICOSIS, de Alfred Hitchcock, y para Leatherface, el asesino en LA MATANZA DE TEXAS. EL EXORCISTA de William Friedkin está basado en un caso real de un niño llamado Roland Doe que fue poseído por demonios en 1949. Y, aunque sea difícil de creer, Wes Craven se inspiró en un fenómeno real conocido como el síndrome de Brugada para PESADILLA EN ELM STREET.

Las historias de miedo más escalofriantes de la historia sobre extraterrestres, asesinatos y monstruos siguen siendo mucho más sorprendentes que la ficción. Han dado giros insólitos y han provocado sustos sobrecogedores que ningún escritor o cineasta podría inventar por sí solo.

Con esto en mente, lo que sigue es serie de las historias más inquietantes que hemos encontrado y que son «supuestamente» verdaderas, lo cual las hace aún más terroríficas si cabe.

LAS GEMELAS SILENCIOSAS

June y Jennifer Gibbons eran dos gemelas británicas cuyo vínculo se convirtió en algo ostensible y peligroso, ya que las unía, las alejaba del mundo y las metía en problemas. De niñas, hablaban su propio idioma y apenas se dirigían a nadie más. Sin embargo, su amor mutuo a veces se torcía y una intentaba asesinar a la otra y viceversa. Cuando se hicieron mayores, se dedicaron a cometer robos y a provocar incendios que les llevaron a ser declarados psicópatas. Fueron internados en el Hospital Broadmoor para delincuentes con problemas psiquiátricos con tan sólo 14 años. Más tarde, acabaron estableciendo contacto con una persona, la periodista Marjorie Wallace. Con ella, mostraron tener bastante conciencia de sí mismos, reconociendo que nunca podrían ser seres independientes mientras la otra estuviera viva. Jennifer le dijo a Wallace: «Soy yo quien va a morir. Lo hemos decidido». Y mientras se las trasladaba a un centro con menos seguridad que les daría más libertad personal, Jennifer se murió. Aunque se dice que murió de un problema cardíaco, resulta, digamos, una extraña coincidencia.

LA DESAPARICIÓN DE BELLE ELMORE

Belle Elmore era el nombre artístico de la aspirante a cantante de ópera Cora Crippen, la mujer infeliz del médico de homeopatía Hawley Crippen. Lamentablemente, no alcanzó su mayor fama en el escenario, sino de forma póstuma como consecuencia de las extrañas circunstancias que rodearon su muerte. A pesar de su notoriedad en la comunidad teatral londinense, los Crippen no hicieron más que pelearse, muchas veces en público. El 31 de enero de 1910, tras una discusión en una fiesta que habían organizado, ella desapareció. Su marido insistió en que Cora se había ido a California. Pero su amiga, la forzuda profesional Kate Williams, sospechó que se trataba de un crimen y acudió a Scotland Yard. Las sospechas aumentaron cuando el Dr. Crippen invitó a su secretaria, la joven y guapa Ethel Neave, a instalarse en su casa, y empezó a ponerse las joyas y el abrigo de visón de Cora. Cuando Scotland Yard se presentó en su casa para hacer una investigación, ya no se encontraba allí. Pero los policías descubrieron un cadáver desmembrado en su sótano, ¡y la persecución se puso en marcha! Crippen y un Neave travestido fueron vistos en un barco que se dirigía a Canadá, y enseguida fueron detenidos nada más llegar.

¿QUIEN METIÓ A BELLA EN EL OLMO ESCOCÉS?

Un continuo misterio sobre un asesinato que ha servido como un cuento del hombre del saco durante generaciones a los lugareños de Hagley, Inglaterra, tuvo su origen el 18 de abril de 1943, cuando cuatro chicos se colaron en el bosque privado de Hagley para ir de caza.  Mientras escalaban un árbol, se encontraron con un esqueleto humano dentro del tronco. A pesar del miedo que tenían a las represalias por sus actividades de caza furtiva, llamaron a la policía y al poco tiempo desenterraron el cadáver, lo que suscitó más preguntas que respuestas. Dentro de un árbol de hamamelis -que algunos confundieron con el Olmo Escocés- estaba el cuerpo de una joven a la que el público empezó a llamar Belladonna o Bella. Su cuerpo estaba entero salvo por una mano que se halló enterrada en las proximidades.

Se cree que fue asesinada unos 18 meses antes, en octubre de 1941, y metida en el árbol antes de que se produjera el rigor mortis. Un tafetán que se encontraba en su boca sugiere que murió asfixiada, quizá con su propio vestido. Dado que la Segunda Guerra Mundial seguía su curso, hubo poco tiempo para resolver el misterio de una niña asesinada. Pero Bella, a pesar de haber desaparecido, nunca cayó en el olvido. En 1944, aparecieron grafitis en Birmingham que decían: «Quién metió a Bella en el Olmo Escocés en el Bosque de Hagley». Siguen apareciendo variantes de esta frase y hoy en día se desconoce la ubicación del esqueleto.