María Pita

La biografía de María Pita es una de las grandes historias femeninas en la historia de España. Su nombre tendría que haber pasado desapercibido si no llega a ser por la invasión que Inglaterra intentó en el siglo XVI en tierras gallegas. La joven se convirtió en una heroína en la defensa de la ciudad y aquí vamos a ver qué consiguió María Pita.

Quién fue María Pita

Lo cierto es que no se sabe bien su historia hasta la llegada de los ingleses. Es más, estudios posteriores han demostrado que ni siquiera se llamaba María. Su auténtico nombre era Mayor Fernández de Cámara y Pita. Sin embargo, un error burocrático terminó dándole el de María con el que definitivamente pasó a la Historia.

Los expertos coinciden en apuntar que Pita nació en torno a 1565 en la ciudad de Sigrás, que hoy pertenece a Portugal. No obstante, durante aquellos años, la frontera española-portuguesa era bastante permeable, por lo que eran normales los desplazamientos a uno y otro lado.

Es más, tampoco hay que olvidar que desde 1580 Portugal fue territorio de la corona española bajo el reinado de Felipe II. Esto fue uno de los puntos que hicieron que las relaciones entre Inglaterra y España fueran más tensas de lo habitual.

Portugal siempre había mantenido una estrecha relación con los ingleses y estos tenían a España como principal rival en la lucha por dominar los mares. De esta forma, la toma de la corona portuguesa mediante matrimonio por parte del monarca español no fue algo bien recibido por la Pérfida Albión.

Todos estos sucesos desembocaron en la guerra anglo-española desarrollada entre 1585 y 1604. Estos son fundamentales para comprender la historia de María Pita, especialmente lo referente a la conocida como Armada Invencible.

La Grande y Felicísima Armada de 1588

No vamos a entrar en detalles aquí sobre este aspecto de la guerra. Como se sabe, esta armada enviada por Felipe II tenía como objetivo conquistar Inglaterra. Sin embargo, debido a problemas atmosféricos y a otras vicisitudes, los barcos españoles naufragaron y perdieron su oportunidad.

Los ingleses se tomaron esto como una gran victoria ante una fuerza que los superaba en mucho. La armada tuvo que realizar un enorme recorrido bordeando todas las islas británicas para poder volver a puertos seguros. El camino dejó muchos barcos maltrechos o hundidos.

De los 122 barcos que habían entrado en el Canal de la Mancha, solo 87 se salvaron de las condiciones climáticas. El temporal de la zona fue el gran enemigo de los españoles, ya que pocos barcos fueron hundidos por acciones militares inglesas.

De esta forma, los navegantes pusieron rumbo a los puertos del norte de España para protegerse y reparar las embarcaciones. Estos puertos fueron el de Santander, el de San Sebastián y, especialmente, el de La Coruña.

Aprovechando la debilidad de la armada, Inglaterra no tardó en planear su contraataque. Así, en 1589, una flota anglosajona comandada por el corsario Drake ponía rumbo al norte de España para destruir lo que quedaba de la Grande y Felicísima Armada de 1588. En La Coruña, los ingleses se encontrarían con María Pita.

¡Quien tenga honor, que me siga!

Dice la leyenda en torno a María Pita que esto es lo que la joven gritó para iniciar la defensa que repelió a los invasores ingleses. Antes de que llegara ese momento, nuestra heroína había sido una joven más casada varias veces.

A lo largo de su vida, los maridos de María Pita se contarían por cuatro, aunque en 1589 estaba casada con el segundo de ellos. El primero, un carnicero acomodado de la ciudad, había dejado a la joven tierras suficientes para vivir cómodamente.

Como decíamos, la contraarmada inglesa comandada por Drake tenía como objetivo destruir lo que había quedado de la armada española. Pero, además, se pretendía invadir las ciudades del norte de España y despojar a la corona española del trono portugués. El objetivo era recuperar el vínculo con este territorio. Así, los objetivos eran fundamentales en la guerra entre ambos países.

Los expertos han confirmado que el primer envite de los ingleses llegó a abrir una brecha en la muralla de La Coruña. Así, las tropas pudieron entrar en la ciudad donde comenzaron a acabar con la resistencia. Una de las primeras bajas fue la de Gregorio de Rocamunde, segundo de los maridos de María Pita.

Esta, al ver la muerte de su esposo, montó en cólera y consiguió matar al alférez inglés que comandaba el asalto. Este no era otro que el propio hermano de Drake, lo que supuso un duro golpe para la moral de la tropa invasora.

Pita y otros muchos habitantes de la ciudad, hombres y mujeres, consiguieron organizarse de forma efectiva y repeler a los ingleses. De esta forma, la ciudad quedó protegida, la invasión fracasó y los navíos en puerto pudieron permanecer seguros.

María Pita, heroína nacional

Tal fue el papel de Pita en este suceso de la guerra anglo-española, que el mismo rey Felipe II condecoró a la joven y le concedió una pensión de por vida. El papel de María no terminó con la batalla, ya que posteriormente ayudó a recoger los cuerpos de los defensores muertos y a sanar a los heridos.

Tras los acontecimientos, la vida de María volvió a la normalidad. Eso sí, todo el mundo sabía ya quién era y qué había hecho por mantener la seguridad de La Coruña y de todo el reino.

En cuanto al fin de sus días, no se sabe bien cómo murió María Pita. No obstante, muchos expertos afirman que pudo deberse a cuestiones de la edad. No es de extrañar, ya que la muerte le llegó en 1643 contando con 78 años, una edad muy avanzada para una mujer del siglo XVI.

Teniendo todo esto en cuenta, la biografía de María Pita debe verse como la de una de las grandes heroínas de la historia de España. Tanto es así que hoy sigue siendo un símbolo de patriotismo y valentía.