Leonardo da Vinci

Leonardo di ser Piero da Vinci, más conocido como Leonardo da Vinci, fue un polímata del Renacimiento italiano.

Nació el 15 de abril de 1452 en Vinci, una localidad de Florencia (Italia). Murió en Amboise (Francia) el 2 de mayo de 1519.

 

SUS ORÍGENES

Prototipo de hombre del Renacimiento, Leonardo da Vinci fue el hijo ilegítimo de Piero Fruosino di Antonio, noble y embajador de la República de Florencia, y de una joven campesina llamada Caterina di Meo Lippi.

Su madre se casó con un hombre de la localidad y tuvo cinco hijos. Su padre, por su parte, se casó hasta cuatro veces y tuvo doce hijos reconocidos. Leonardo vivió en la casa paterna en Vinci. Sin embargo, nunca fue reconocido como hijo legítimo por su padre.

La educación de Leonardo da Vinci fue, precisamente, en el municipio florentino de Vinci. Allí aprendió los conocimientos básicos de lectura, escritura y aritmética.  Sin embargo, muchos creen que Leonardo era un iletrado.

Da Vinci pronto manifestó inquietud por la naturaleza. Su curiosidad le llevó a pintar seres mitológicos inventados por él mismo, inspirados en sus observaciones. Su primer biógrafo, Giorgio Vasari, afirmó que el padre de Leonardo quedó aterrado a la vez que fascinado por uno de los dibujos que pintó el joven Leonardo.

 

APRENDIZ DE VERROCCHIO

Conocedor del enorme talento del joven, su padre preguntó al artista Andrea del Verrocchio si su hijo podría dedicarse a la pintura. Ante la afirmación de este, Leonardo ingresó en su taller como aprendiz en 1469.

Orfebre, herrero, escultor y pintor, Verrocchio trabajó para la familia Medici. En su taller, Leonardo aprendió desde las técnicas de dibujo y pintura hasta la base de la química, pasando por técnicas de grabado y de escultura.

Durante su etapa como aprendiz con Verrocchio no hay ninguna obra que se le atribuya a Leonardo con seguridad. Según Vasari, en esta época, da Vinci colaboró con su maestro en la pintura de Bautismo de Cristo (1472-1465). La leyenda atribuye a Leonardo los ángeles que aparecen en la obra, que contrastan con la rudeza del Bautista.

Se piensa que, durante estos años, Leonardo también aprendió las primeras nociones sobre anatomía. Fue en el taller de Antonio Pallaiuolo, que se encontraba cerca del de Verrocchio.

Después de los seis años que pasó como aprendiz, Leonardo montó su propio taller en Florencia. En esta época, pintó su primer cuadro: Virgen del clavel (1476). Tras colaborar con su maestro, aun no siendo su aprendiz, da Vinci se convirtió en pintor independiente alrededor de 1478.

 

LOS AÑOS EN MILÁN

En 1482, Leonardo da Vinci abandonó Florencia y se asentó en Milán. Allí, se presentó ante Ludovico Sforza, duque de Milán, que pasó a ser su mecenas. Permaneció en su corte durante 17 años como ingeniero.

En 1490, abrió una escuela en la ciudad lombarda en la que enseñaba todos sus conocimientos y compartía sus investigaciones. De este mismo año data el Hombre de Vitruvio, el famoso dibujo con el que Leonardo explicaba las proporciones ideales del cuerpo humano.

En 1494, el convento dominico de Santa Maria dalle Grazie encargó a da Vinci la pintura de un fresco en una de sus estancias. Este mural, de más de cuatro metros de largo y ocho de largo, no es otro que la famosa La última cena, que terminó en 1498, sobre la que tanto se ha especulado a lo largo de la Historia.

Un año más tarde, las tropas francesas conquistaron Milán y el poder de Ludovico Sforza cayó. Leonardo huyó de la ciudad con su amigo, el matemático y fraile franciscano Luca Pacioli.

 

REGRESO A FLORENCIA

Tras un breve periodo en Mantua, en la casa de Isabel de Este, Leonardo da Vinci se trasladó a Venecia. Allí trabajó como ingeniero militar. Su tarea fue la de crear sistemas defensivos para proteger la ciudad de los canales de los ataques de los turcos.

Los artefactos que inventó no se construyeron como, por ejemplo, una especie de escafandra sumergible o barcos con doble revestimiento para resistir las embestidas. Se cree que sus invenciones no pasaron del papel por falta de tiempo y de dinero.

En abril de 1500, Leonardo da Vinci regresó a Florencia, donde gobernaba César Borgia. El hijo del papa Alejandro VI, le ordenó recorrer diversas ciudades italianas como ingeniero militar para ayudarle en su plan de conquistar territorios. Sin embargo, poco tiempo después, la población se sublevó contra los Borgia y Leonardo regresó a Florencia.

Durante estos años, da Vinci ya era conocido en Italia como un genio. Sus habilidades y su polimatía eran célebres en el país de la bota. Multitud de encargos le llegaron esos años, aunque muchas quedaron solo en bocetos, como La batalla de Anghiari.

No obstante, si por una obra es mundialmente famoso Leonardo da Vinci, sin duda, es por La Gioconda (1503-1507). Se cree que el retrato pertenece a Lisa Gherardini, esposa de Franceso del Giocondo. La enigmática sonrisa y la mirada de la modelo han hecho de esta pintura una de las más comentadas y estudiadas de la Historia. Además, multitud de leyendas giran a su alrededor. Actualmente se encuentra expuesta en el Museo del Louvre de París.

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SUS ÚLTIMOS AÑOS

Alrededor del año 1506, Leonardo da Vinci se trasladó de nuevo a Milán. Durante este periodo, el genio desarrolló un especial interés en la ciencia, aunque continuó con su faceta de pintor. En estos años terminó La Virgen de las rocas.

Tras idas y venidas en territorio italiano en calidad de ingeniero militar, Leonardo da Vinci se mudó a Roma en torno a 1513. Allí desarrolló su actividad para el papa León X, miembro de la familia Médici. Sin embargo, los hombres que despuntaban en ese momento eran Rafael y Miguel Ángel.

Se cree que, debido a los pocos encargos que recibía, da Vinci se centró en sus investigaciones. Sin embargo, esa sensación de fracaso en la capital italiana no le abandonó y posiblemente le impulsara para mudarse a Francia en 1516. Muchos afirman que con él fueron dos de sus alumnos: Francesco Melzi y Salai.

El rey de Francia, Francisco I, instaló a da Vinci en el castillo de Clos-Lucé, cercano a la localidad de Amboise, donde pasó los últimos años de su vida. El 2 de mayo de 1519, tras llevar una temporada enfermo, Leonardo murió a los 67 años. Sus restos descansan en la capilla de Saint Hubert, en el castillo de Amboise. 

 

FIGURA EXCEPCIONAL

El polímata toscano representó los ideales del Renacimiento italiano. Para muchos, Leonardo da Vinci es el paradigma de humanista.

Genio como pocos, dominó las más distinguidas artes (pintura, escultura, grabado, arquitectura) sin que ello fuera un impedimento para interesarse también por la anatomía, la ciencia y la ingeniería.

500 años desde su muerte, se le sigue recordando como una figura excepcional que demostró que con pasión se puede lograr todo lo que uno se proponga.

La importancia de su figura se traslada hasta nuestros días y se refleja en la cantidad de celebraciones y eventos que se realizan en todo el mundo para celebrar su obra y su persona. De la misma manera, en HISTORIA queremos conmemorarle con la emisión de DA VINCI Y EL RETRATO PERDIDO el 14 de mayo a las 22h. En este especial se trata el descubrimiento que tuvo lugar en 2008 en el sur de Italia. Un antiguo retrato con rasgos sorprendentemente familiares. ¿Se trataba de un autorretrato desconocido de Leonardo da Vinci?