Henry Mancini

Todos nos hemos preguntado alguna vez quién es el autor de La pantera rosa o quién es el autor de Moon River, y ambas preguntas tienen la misma respuesta: Henry Mancini. Sin embargo, su trayectoria no se limita a estas dos famosas creaciones, ya que consiguió numerosos logros, los cuales pasaremos a conocer gracias a la biografía de Henry Mancini. 

Los primeros años de carrera

Enrico Nicola Mancini nació en Cleveland el 16 de abril de 1924, concretamente en el barrio de Little Italy. Sus orígenes fueron muy humildes, como los de tantos otros emigrantes italianos. Eso sí, el niño pronto comenzó a demostrar un increíble talento musical, por lo que su formación discurrió por este campo.

En parte, la afición a la música del joven Henry provenía de su padre. Este era un gran amante de la flauta, aunque nunca se dedicó a ella de manera profesional. Lo que sí hizo fue introducir al pequeño en este instrumento y darle sus primeras nociones sobre la materia.

Fue a los 12 años cuando se inició en el piano, instrumento con el que desarrollaría el resto de su carrera. Lo sorprendente es que nunca formó parte de ningún conservatorio, pese a que la necesidad de crecer y seguir aprendiendo le llevó a ponerse en contacto con algunos profesionales.

Este es el caso de Max Adkins, un director de orquesta que trabajaba en Pittsburgh. Acabados sus estudios de secundaria en 1943, Mancini pensó que era el momento de comenzar los de música a nivel profesional. Sin embargo, la II Guerra Mundial tenía otros planes para el joven.

Su alistamiento se produjo ese mismo año y Henry sirvió tanto en la fuerza aérea como en la infantería. Esto hizo que su aprendizaje se interrumpiera y que no volviera a retomar la música hasta el fin de la guerra en 1945.

No obstante, debemos saber que el joven italoamericano ya había alcanzado algo de renombre antes de marcharse al combate. Por ello, cuando volvió en el 45, no tardó en encontrar un lugar en el que seguir desarrollando su creatividad. Este no fue otro que la orquesta de Glenn Miller y Tex Beneke a la que Mancini se unió como pianista y arreglista.

Los años en esta orquesta fueron realmente decisivos para la carrera del joven. Aquí conoció a su esposa y aquí fue donde dio a conocer su talento hasta que unos estudios se fijaron en su labor y lo introdujeron en el mundo del cine.

El salto a los estudios Universal

En 1952, la historia de Henry Mancini dio un giro decisivo. Al abandonar la orquesta de Miller, el joven se metió de lleno a trabajar en Universal Pictures. En aquel momento, se limitó a poner música a diversas producciones de serie B. Sin embargo, su ingenio como músico y arreglista no tardó en hacerse notar.

Eso sí, hasta 1958, las creaciones de Mancini se mezclaron con las de otros autores, como Salter o Stein, para poner melodías a todo tipo de filmes. Por aquel entonces era muy común que se utilizaran canciones de manera indistinta en diferentes producciones, lo que implicaba que el compositor no ganaba ningún prestigio.

Pese a todo, el momento de Mancini estaba a punto de llegar. El músico recibió en 1958 su primer encargo en solitario. Se trataba de la obra maestra de Orson Welles Touch of evil, que en castellano se tradujo como Sed de mal.

El apogeo de la carrera de Mancini

Si la película a la que nos hemos referido es considerada como una de las obras cumbre del séptimo arte, a nivel musical dio a conocer al que más tarde se convertiría en uno de los mejores compositores del siglo XX. Mancini mostraba en ella todas sus señas de identidad con temas inspirados en el mundo del jazz e interpretados por orquestas reducidas.

La música compuesta para el largometraje de Welles llamó la atención de muchos. El primero en ponerse en contacto con Mancini fue Blake Edwards, quien le encargó la banda sonora de la serie de TV Peter Gunn. Este tema es uno de los más célebres de la historia de la televisión y ha aparecido en filmes como Waterworld. Tanta fama consiguió que ganó dos Grammys con él, aunque lo mejor de su carrera estaba aún por llegar.

En los años 60, Mancini alcanzó su máxima popularidad con sus creaciones para películas tan míticas como Desayuno con diamantes, La pantera rosa o Días de vino y rosas. Todos estos títulos son éxitos y obras cumbre en el cine, pero también en el mundo de la música.

Gracias a Desayuno con diamantes, Mancini consiguió su primer Óscar. Fueron dos realmente, ya que obtuvo el de «Mejor banda sonora» y el de «Mejor canción original». Este último premio lo volvería a lograr con la canción que marcaba la cinta Días de vino y rosas. Pese a que fue nominado en otras ocasiones, estas tres fueron las únicas estatuillas en manos del artista.

Cuándo murió Henry Mancini

Convertido en uno de los mejores compositores del mundo del cine, las siguientes décadas mantuvieron a Mancini en lo más alto de las producciones. Su última participación en una película se produjo en 1994, y es que el músico de origen italiano no dejó de crear en ningún momento de su vida.

Cuando compuso la música para la última película en la que participó, Mancini ya se encontraba enfermo desde hacía tiempo de un cáncer de páncreas que había ido mermando poco a poco sus fuerzas.

El desenlace definitivo llegó en junio de 1994 cuando la enfermedad ganó la partida y el autor de La pantera rosa falleció. La vida de Mancini es el perfecto ejemplo de cómo la música y el cine se encuentran completamente ligados y son artes inseparables. Sin las creaciones de este talentoso músico, grandes obras maestras como Sed de mal o Desayuno con diamantes serían impensables, por lo que es innegable que estamos ante uno de los grandes compositores de la historia del cine.