Charles Darwin

El padre de la biología moderna. Esa es la consideración que tiene Charles Darwin en la actualidad. De hecho, se considera el primer científico que cuestionó la versión religiosa del origen de la vida. En las siguientes líneas ofrecemos un repaso de los hechos más importantes de su vida.

Sus primeros años

El 12 de febrero de 1809 nació Charles Darwin en Shrewsbury, Shropshire, Inglaterra. Fue el hijo de Robert Darwin, un médico y empresario muy importante en la región durante aquella época. Su abuelo también se dedicó al campo de la medicina.

Probablemente, la influencia científica que ambos ejercieron en él logró que Darwin mostrara interés por la historia natural siendo un niño. De hecho, su principal afición era el coleccionismo. Le encantaban los minerales y las conchas.

Dicha influencia también le llevó a empezar la carrera de medicina en la Universidad de Edimburgo. Sin embargo, la abandonó a los pocos años. Siguiendo el consejo de su padre, en 1828 inició estudios eclesiásticos en el Christ’s College de Cambridge.

El joven Charles tampoco se sintió cómodo allí. Sin embargo, su estancia le sirvió para descubrir la que sería su gran vocación. Hablamos, como no, de la biología. En este centro pudo introducirse en la botánica, la entomología y la geología.

El hecho que cambió su vida estaba por llegar. Un buen día de 1931, a sabiendas de la pasión de Charles por la biología, un reverendo de Cambridge le permitió conocer a Robert FitzRoy. El capitán del HMS Beagle le permitió embarcarse junto a él en calidad de naturista durante su siguiente travesía.

Charles Darwin en la tripulación del “Beagle”

El objetivo del viaje del HMS Beagle era cartografiar la costa de América del Sur. En principio, iba a durar dos años, aunque finalmente tardó cinco años en regresar. Más de lo que requirió la primera vuelta al mundo. Su padre se opuso considerando que el viaje era una pérdida de tiempo. Por suerte, Josiah Wedgwood, su cuñado, logró convencerle de que le permitiese formar parte de la tripulación de Robert FitzRoy.

El HMS Beagle zarpó el 27 de diciembre de 1831 del puerto de Plymouth. Durante el viaje, hizo descubrimientos muy importantes y vivió acontecimientos históricos muy relevantes:

  • Santiago de Cabo Verde. Localizó varios restos de conchas que le permitieron profundizar en las teorías de Charles Lyell plasmadas en Principios de Geología.
  • Punta Alta, Argentina. Localizó fósiles de mamíferos extintos junto a otros de bivalvos. Este fue el primer hallazgo que le hizo pensar acerca de la mutabilidad de las especies.
  • Chile. Asistió al terrible terremoto de Concepción, que se cree que alcanzó el 8,5 en la Escala Richter.
  • Islas Galápagos. Encontró variedades de pinzones relacionadas con la variedad continental. Lo más curioso es que también variaban entre isla e isla. Lo mismo le pasó con las tortugas del archipiélago.
  • Australia. Aquí estudió a ornitorrincos y ratas marsupiales que, según él, le llevaron a pensar que “existían dos creadores diferentes”.

Darwin reportaba todos estos hallazgos a la Universidad de Cambridge. Con el paso del tiempo, intrigado por sus investigaciones, Robert FitzRoy le pidió acceso a esos informes. Al leerlos, comprendió que la investigación realizada sobre los atolones de las islas Cocos respaldaban sus afirmaciones. Así que decidió incorporar esos documentos a la narración oficial del viaje, que era responsabilidad del capitán.

La vuelta a casa

El HMS Beagle llegó al puerto de Falmouth el 2 de octubre de 1836. Es decir, casi cinco años después de zarpar. Por aquel entonces, Charles Darwin era una celebridad en Inglaterra. ¿El motivo? Desde diciembre de 1835, John Stevens Henslow había distribuido sus informes entre diversos naturalistas.

A partir de ese momento, su padre buscó las inversiones que su hijo necesitaba para continuar con su trabajo. Ahí empezó a gestar la que sería su gran obra, El origen de las especies.

El origen de las especies (1859)

Charles Darwin publicó El origen de las especies el 24 de noviembre de 1859. En él se afirmaba que no era Dios el que regía el devenir de los seres vivos, sino la selección natural. Sobra decir que generó una polémica sin precedentes entre creacionistas y evolucionistas.

Tanto fue así que muchos científicos importantes de la época trataron de satanizar la teoría de la evolución. Sin embargo, las publicaciones de Darwin a lo largo de las anteriores dos décadas habían calado entre los principales biólogos de la época y, sobre todo, en el público general. No había vuelta atrás.

Sus principales contribuciones a la ciencia

Citar todas las contribuciones que Darwin hizo a la ciencia es prácticamente imposible. Por ello, hemos decidido resumirlas en estas cuatro:

  • Las especies evolucionan. Es decir, no son inmunes al paso del tiempo. El problema que tenemos los seres humanos para apreciarlo es que el proceso requiere de millones de años.
  • La selección natural rige la evolución. Los especímenes más fuertes y los que mejor se adaptan al medio son los que logran sobrevivir, mientras que los débiles acaban desapareciendo. Estos dejan sus rasgos a su descendencia, lo que acaba haciendo que se impongan ante los demás.
  • Un origen común para todos los seres vivos. Probablemente, la teoría de Darwin que más tardó en confirmarse. La razón es que requirió de avances en el área del estudio del ADN impensables para la época. Gracias a ellos sabemos, por ejemplo, que los seres humanos y las moscas de la fruta compartimos, aproximadamente, el 60 % de los genes.
  • El ser humano no es especial. Darwin fue el primero en afirmar que no somos una especie especial. Somos el resultado de la selección natural igual que cualquier otra.

Finalmente, Charles Darwin falleció el 19 de abril de 1882 a causa de un ataque cardíaco tras un año muy complicado por sus problemas de salud. Lo hizo tras dedicar los últimos 10 años de su vida al área de la botánica. Su última obra relacionada con la teoría de la evolución fue La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1872), que sentó las bases del estudio moderno del comportamiento.