Duelo definitivo en Waterloo

Tras el regreso de Napoleón al poder en marzo de 1815, las potencias europeas se volvieron a coaligar para hacerle frente. En el mes de junio se pusieron en marcha los ejércitos beligerantes en el noroeste de Europa. Se movilizaron en total 68.000 efectivos a las órdenes del general británico Wellington y 45.000 prusianos a las órdenes de Blücher, a los que Napoleón respondió movilizando a 72.000 hombres. Francia logró vencer a los prusianos en Ligny el día 16 y dos días después se produjo el encuentro definitivo con el ejército de Wellington en una llanura cercana a Waterloo. Después de una primera operación de distracción por la mañana, el grueso de la batalla se desarrolló desde el mediodía hasta última hora de la tarde. El ejército francés fue incapaz de romper las líneas aliadas y la llegada a última hora del reorganizado ejército de Blücher forzó la retirada de Napoleón. Waterloo significó el final definitivo de su imperio.