Existen muchas curiosidades sobre Edgar Allan Poe que merece la pena conocer. En realidad, su persona y sus circunstancias podrían haber nacido en su imaginación. Vamos a dedicar este artículo a sus principales singularidades, porque el Festival de Eurovisión 2023 ha vuelto a poner su figura de plena actualidad.
7 curiosidades sobre Edgar Allan Poe
Este literato estadounidense del siglo XIX fue un auténtico genio. Destacó como escritor, poeta, crítico literario y periodista. Está considerado uno de los mejores autores de relato corto, así como un maestro del terror y el principal renovador de la novela gótica. Es un referente literario que marcó el camino a otros talentos norteamericanos, como Truman Capote.
Sus obras desbordan creatividad y rica imaginación. Siempre destacó por su afición a los relatos fantasmales y, desde luego, esa pasión influyó en sus creaciones. Entre los temas presentes en su bibliografía destacan la muerte y el asesinato.
A pesar de lo interesantes y adictivos que resultan los textos de este poeta gótico, su biografía es igual de sorprendente. Vivió una existencia casi de ficción, plagada de hitos y sucesos significativos.
Todavía hoy, cuando vamos camino de los doscientos años desde su muerte, el 7 de octubre de 1849, sigue siendo tendencia. Por eso, es un gran momento para repasar las anécdotas impactantes que han forjado la leyenda de Edgar Allan Poe.
Canción eurovisiva sobre sus fantasmas
Empezamos por el principio. La razón por la que, entre todos los escritores famosos de la historia universal, Poe ha recuperado el liderazgo de la notoriedad en pleno 2023. ¿Dónde está la clave? En el tema elegido por Austria para participar en el Festival de Eurovisión de este año.
Teya & Salena son las intérpretes de la canción ¿Quién demonios es Edgar? Compuesta por Ronald Janecek, Pele Loriano y las dos cantantes, está inspirada en este escritor mítico. No solo eso; sus creadores aseguran haberse sentido poseídos por el fantasma de este genio universal.
Acompañada de una atmósfera setentera, bailes absurdos y situaciones estúpidas, se ha convertido en trending topic en Austria. Y, tras las primeras reacciones de los eurofans, está llamada a serlo también en todo el continente.
Hijo abandonado
Su infancia estuvo marcada por la fuga de su padre y el inmediato fallecimiento de su madre, solo un año después de ese abandono familiar. Tuvo la suerte de que un comerciante escocés llamado John Allan lo acogió, aunque nunca llegó a adoptarlo oficialmente. Gracias a él, este poeta gótico es conocido con este apellido.
Con todo, la relación con su padrastro fue de todo menos ejemplar. Subrayamos esta cuestión con un dato objetivo y comprobable. Como escritor, nunca firmaba con su nombre completo, sino que utilizaba Edgar A. Poe o E. A. Poe. Aunque fue su figura paterna más importante, no se lleva bien con él.
Malditismo alcohólico
La figura de Edgar, tanto mientras vivía como tras su muerte, ha sido tildada de maldita, compleja e incierta. Se asocia toda su vida a una enfermedad indefinida y a una dependencia absoluta del alcohol.
Sin embargo, pese a la existencia de menciones históricas que aluden a ello, no está del todo claro. Algunos historiadores afirman que no era una persona consumida por esta adicción, sino que fue una invención de sus rivales y enemigos para desprestigiarlo. Otros aseguran que, en realidad, fue una maquinación de Poe y sus colaboradores para vender más libros.
Falsa debilidad
En línea con el argumento anterior, siempre se ha dicho que este creador fue un hombre débil, enfermizo y endeble. Es verdad que, en los últimos años de su vida —quién sabe si fruto de la mencionada adicción al alcohol—, tenía esta apariencia. Y, desde luego, es la principal imagen que se ha perpetuado en el tiempo sobre él.
Sin embargo, en su juventud fue un hombre fuerte, atlético y en buena forma física. El paso del tiempo no lo trató bien y, lo dicho, ahora todos los recordamos por este último aspecto físico.
Profesional de la escritura
Durante toda su vida ejerció como uno de los escritores famosos dedicado íntegramente a su profesión. Esto le procuró una trayectoria prolífica y productiva, pero también problemas económicos. Tanto era así que dependía de la generosidad de sus cercanos, a quienes pedía préstamos, anticipos y otras colaboraciones económicas.
Una de las facetas menos conocidas actualmente era su habilidad para escribir textos humorísticos y satíricos, a menudo centrados en engaños. ¡No todo fue negro o siniestro en su obra!
Un incondicional de los gatos
Sentía una insaciable fascinación por estos felinos; le encantaban. Solía trabajar en sus escritos con su gato favorito sobre el hombro. Así se entiende su presencia en muchas de sus historias, especialmente la conocida como El gato negro.
Un amor adolescente
Poe vivió una intensa relación amorosa con su prima Verónica, a la que doblaba en edad. Esa historia romántica hubiera estado prohibida en nuestra época, pero el siglo XIX era muy diferente. Se casó con ella cuando solo tenía trece años y, desde luego, fue una historia intensa y muy sentida.
Cuando murió por tuberculosis, quedó en el escritor un profundo vacío y un enorme pesar que nunca llegó a superar. Sus analistas aseguran que esa desazón interior marcó su obra; está presente en un buen número de sus relatos y creaciones. Ligeia y Annabel Lee son dos de las referencias más evidentes.
Ahora bien, la intensidad de ese sentimiento no le impidió protagonizar un buen número de romances. Fue un casanova irredento, se lio con varias mujeres casadas y otras de su entorno. Entre tantas relaciones, participó en conflictos sentimentales que escandalizaron a la sociedad de la época. Podemos preguntarnos también si no serían inventados por sus competidores o por sus colaboradores.
A modo de conclusión, afirmamos que las curiosidades sobre Edgar Allan Poe están a la altura de su obra. Su perfil biográfico le otorgó un final convulso, tras haber vagado por las calles de Baltimore y morir entre delirios incongruentes. El autor de la primera novela policíaca de la historia perdió la vida como alguno de sus personajes.
