¿Qué le debemos a las comedias de Billy Wilder?

Cualquier momento para visitar la filmografía de Billy Wilder es una buena idea. Nosotros les reconocemos que en los momentos de parálisis ante la enorme propuesta audiovisual que vivimos en estos momentos; entre tanto estreno en sala, entre tanto festival, entre tanta plataforma, elegimos un clásico. Nunca nos arrepentimos de ello. Son otros códigos; otra forma de sentir el cine o de asumir unas narrativas que han mutado a la nada en pleno siglo XXI.

La inteligencia en el modus narrativo es una de las marcas del cine de Billy Wilder, uno de los grandes directores de la historia del cine, y un maestro a la hora de desenvolverse en el género más complicado: la comedia. Aprovechando el día de los Santos Inocentes, nos preguntamos cuáles son los grandes valores de las cintas cómicas de su larga filmografía. ¿Por qué las disfrutamos tanto? ¿Por qué volvemos a ellas? Nos adelantamos a nuestras propias respuestas: son pura magia.

EL NUNCA ABURRIRNOS

«I have ten commandments. The first nine are, thou shalt not bore. The tenth is, thou shalt have right of final cut» / «Yo también tengo diez mandamientos, y los nueve primeros son: No aburrirás. El décimo dice: tienes que tener derecho al montaje final de la película», aseguraba con sorna el gran Wilder. Es complicado encontrar un filme que no cumpla esta máxima. Wilder nunca dejaba de mirar al espectador. Era un maestro con el manejo del tiempo narrativo, ya fuera en drama como en comedia.

PEQUEÑOS RETRATOS DE UNA ÉPOCA

Si alguien supo retratar los años 40, 50 y 60 en Estados Unidos ese fue Wilder. Sobre todo las clases medias y altas. Siempre con ironía, y esa retranca tan característica, Wilder dibujó los cambios sociales ideológicos en la posguerra; también definió los nuevos perfiles de la individualidad con el auge del capitalismo en Estados Unidos. Sus filmes están llenos de detalles contextuales que extrapolan una realidad extrafílmica en constante mutación, que pasó de la depresión a la incertidumbre; de la incertidumbre a la celebración, siempre apoyándose en el humor.

REÍRNOS CON INTELIGENCIA

Como señalábamos líneas atrás, los personajes del universo Wilder tienen la capacidad de reírse de sí mismos siempre con cercanía y evitando los extremos. También ayuda la elegancia de la puesta en cuadro de sus filmes. Son largometrajes llenos de plasticidad, gusto por el detalle y con sensibilidad; con narrativas adelantadas a su tiempo y donde la historia nunca va por delante del espectador.

DISFRUTAR DE LOS GRANDES ACTORES DE HOLLYWOOD BRILLANTEMENTE DIRIGIDOS

Pocos directores supieron sacar todo el potencial de intérpretes como Audrey Hepburn, Humphrey Bogart, Marilyn Monroe, James Stewart, Jack Lemmon, Tony Curtis, Shirley MacLaine, Dean Martin o William Holden. Casi nada. Por ello es parte fundamental en la historia de este noble arte.

Y como en este políptico de razones no hemos hablado de ningún solo título, como bonus track, les dejamos, a continuación, el programa perfecto para neófitos para descubrir el humor de Wilder:

La tentación vive arriba, 1955.

Con faldas y a lo loco, 1959.

El apartamento, 1960.

Bésame, tonto, 1964.

                                   El antepenúltimo mohicano

Twitter: eamcinema / Park City, Utah.

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