Piscinas y el cine

No le den demasiadas vueltas al tema de las olas de calor. Cambio climático, sí, pero, maldita sea, es verano. Es momento de sudar pero también de disfrutar de esta época mágica, llena de (re)encuentros, amores fugaces y, sobre todo, una querencia por el estado líquido superior al resto del año.

Que levante la mano a quién no le gusta una buena piscina. Es la alternativa de emergencia (y si es posible de forma doméstica) para bajar unos grados corporales de repente. En estas fechas suele ser el epicentro de la acción de muchas familias, grupos de amigos o criaturas solitarias. Un buen chapuzón aclara las ideas.

Algo que les sucede a los protagonistas de muchos filmes que han tenido una piscina como elemento espacial básico dentro de su narrativa. Un punto de encuentro con un sinfín de posibilidades. Y si no que le pregunten a Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) –y su lanzallamas— en Érase una vez en Hollywood (Quentin Tarantino, 2019).

A continuación, les proponemos cuatro filmes en los que la piscina es un elemento fundamental en sus tramas. Preparen el bañador y anoten.

El nadador, 1968

¿Quién no ha soñado con visitar la piscina del vecino? Esa de agua cristalina que tiene un brillo especial cuanto más calor hace. Pues este propósito lo lleva a cabo, y a gran escala, Ned Merrill (colosal Burt Lancaster), un tipo reconocido en un barrio de clase alta de Connecticut que recorre desde la mañana a la tarde. Un trayecto en el que visitará todas las piscinas de sus vecinos, entablando conversaciones con todos. En un mundo lleno de apariencias, Merrill tampoco es lo que parece. Esta película de Frank Perry es un clásico de culto que retrata, como pocos, la caída del sueño americano.

La piscina, 1969

Otro clásico con mayúsculas, dirigido por Jacques Deray y protagonizado por Alain Delon y Romy Schneider. Un filme romántico encapsulado en una propuesta de cine de intriga. Las relaciones y los celos roturan este filme que narra la estancia vacacional de dos parejas en un lugar paradisiaco. De la cordialidad inicial se pasará a un clima irrespirable.

El gran Gatsby, 2013

En ambas versiones fílmicas de El gran Gatsby, la piscina es un lugar recurrente. Primero, como espacio introspectivo; segundo, como lugar preparado para el espectáculo en el que se mueve la alta sociedad. Así lo entendió el siempre excesivo Baz Luhrmann en la adaptación de 2013, con un entregado Leonardo DiCaprio. La escena de la piscina es absolutamente espectacular, como todo el cine del realizador aussie.

Cegados por el sol, 2015

Cuando el cine de Luca Guadagnino visita el estío, el agua adquiere un significado capital. Sucedía en la sensacional Call me by your name (2017) y también en su anterior largometraje, Cegados por el sol (2015). Una película, como la anteriormente mencionada cinta de Deray, que reúne a dos parejas con motivaciones muy diferentes alrededor de una piscina. En este filme conocimos las notables cualidades interpretativas de Dakota Johnson, una de las actrices del momento.

El antepenúltimo mohicano

Twitter: @eamcinema | Park City, Utah.

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