Maya Rudolph: la gran cómica del presente

Si alguien nos preguntara cuáles son las grandes cómicas del audiovisual estadounidense actual, en nuestra lista no faltarían ni Kate McKinnon, ni Kristen Wiig, ni Melissa McCarthy, ni Aubrey Plaza, ni Amy Poehler, ni Tina Fey, ni, claro está, Maya Rudolph, una de las grandes apariciones en el cine norteamericano en este nuevo milenio. Nacida en Florida en 1972, su carrera se ha desarrollado al alimón entre la pequeña y la gran pantalla. Con especial predilección por la primera, ya que era una intérprete secundaria habitual previo a su salto al Saturday Night Live, donde participó hasta en 153 episodios.

Su vuelta al late show años más tarde como anfitriona (dos veces) delata su cambio de estatus. Es una de las estrellas de la comedia en Hollywood. Lo es desde un evidente perfil bajo, como le sucede a su marido, Paul Thomas Anderson, probablemente el cineasta más intenso de la última gran generación de realizadores americanos. Aun con todo, estaba claro desde el comienzo de su larga carrera que Rudolph iba a ser parte importante de la industria.

Comenzó como cantante de respaldo, para después a erigirse en uno de los estandartes de la nueva comedia y, a partir de ahí, el cielo: porque en el cine, aparte de explorar su vis cómica, ha demostrado que puede con todo, incluso con románticos. El pelotazo de La boda de mi mejor amiga no cogió a nadie por sorpresa. Era la suma de una serie de talentos que tarde o temprano unirían fuerzas. A partir de ahí, la carrera de Rudolph ha seguido evolucionando pero a un ritmo más lento, pensando cada paso, pensando cada filme. Que nadie dude de que estamos ante una futura nominada al Oscar. Hollywood ama las reconversiones. Y Rudolph ha demostrado que es algo más que una gran cómica.

A continuación, elegimos sus mejores papeles hasta el momento.

 

Idiocracia, 2006

Rudolph hace dúo con Luke Wilson en esta sátira distópica dirigida por Mike Judge. El filme tiene un punto de partida bastante curioso: tras un experimento militar fallido, un oficial del ejército estadounidense y una prostituta viajan hacia el futuro, 500 años después. Allí se encontrarán un panorama dantesco: todos los avances han idiotizado a la población, por tanto, ambos son las dos personas más inteligentes sobre la faz de la Tierra… por bastante. Buen cine independiente convertido en clásico de culto.

Un lugar donde quedarse, 2009

Una de las películas menos conocidas de Sam Mendes, que pasó desapercibida en su estreno, tanto en Estados Unidos como en Europa. John Krasinski y Maya Rudolph son los actores protagonistas de este bonito romántico. Una road movie encarnada por un joven matrimonio que busca un lugar donde echar raíces con cierta premura ya que, contra todo plan, pronto llegará su primogénito al mundo. Un drama con elementos de comedia en el que los dos actores están estupendos.

La boda de mi mejor amiga, 2011

Como comentábamos líneas atrás, es el gran hit no solo de Rudolph, sino también de otras compañeras de generación como Melissa McCarthy o Kristen Wiig. Este filme de Paul Feig es la respuesta femenina a Resacón en Las Vegas de Todd Phillips; con resultado similar: humor de brocha gorda e interpretaciones carismáticas. Rudolph, por cierto, da vida la novia del título. Y, como era de esperar, tendrá que enfrentarse a todo tipo de situaciones esperpénticas.

Hermanísimas, 2015

Esta película de Jason Moore funcionó bien en Estados Unidos, no empero en Europa, quizás porque su humor, o la tipología de este tipo de propuestas, han sido engullidos por la factoría televisiva y el cine de plataformas –un género ya en sí mismo. En esta película Rudolph completa un tridente de comediantes brutal: junto a Tina Fey y Amy Poehler. El resultado es válido para una tarde de domingo, además de demostrar el talento para la comedia de las tres actrices.

El antepenúltimo mohicano

Twitter: @eamcinema | Park City, Utah.

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