Los mejores cortometrajes de 2022

Nos inspira gente como los integrantes de Marvin&Wayne, distribuidora española, que no dejan de reivindicar el cortometraje como lo que es: una película, cine. El corto en la actualidad es considerado algo menor, algo transitorio en una carrera, un proceso de aprendizaje previo al salto al largo: la aspiración de cualquier cineasta que se precie. No siempre fue así. Para empezar, porque los orígenes del cine se cimentaron en la cultura de pequeños fragmentos, de pequeñas piezas, que después se proyectaban de forma privada o para un grupo selecto de espectadores.

El avance de la sociedad y la necesidad de hallar nuevas vías de escape provocaron que el storytelling se expandiera pero sin desechar formatos previos. Grandes autores comenzaron con cortometrajes, como Martin Scorsese o Jim Jarmusch, y otros, directamente, decidieron quedarse en ese formato, como Don Hertzfeldt. La prueba de su importancia la encontramos en el último festival de San Sebastián, donde presentaron piezas directores de la talla de Park Chan-wook, Bi Gan o Hlynur Pálmason.

A continuación, elegimos los que, a nuestro juicio, son los mejores cortometrajes de 2022. Apunten, busquen.

Arquitectura emocional 1959 de León Siminiani

León Siminiani, uno de los grandes autores del cine español, ha desarrollado gran parte de su carrera en los formatos del documental y el cortometraje. En este último caso, Arquitectura emocional 1959 es el mejor ha que firmado hasta la fecha. Un precioso recorrido por la arquitectura madrileña de finales de los 50, a través de una historia de amor de dos estudiantes universitarios. Precisamente, la arquitectura marca las líneas evolutivas de la relación. Un trabajo original, prodigioso, que consiguió la Espiga de Oro de la pasada edición de la Seminci.

Ice Merchants de João Gonzalez

Justamente en la Seminci vallisoletana, donde ganó la Espiga de Plata, destacó este cortometraje de animación que está nominado a los premios del cine europeo. El portugués João Gonzalez dirige esta preciosa elegía sobre la paternidad plasmada en una historia de un padre y un hijo que viven en una inaccesible atalaya alpina. Allí pasan sus días, fabricando hielo para su venta. Lo crean con un particular estilo: lanzándose en paracaídas. En el aire, se teje una relación, que siempre tendrá el amor, también pretérito, como motor.

Por la pista vacía, de Pablo García Canga

Casi treinta minutos dura este cortometraje de Pablo García Canga, que está contextualizado en el patio de lo que parece un estudio artístico. Allí, una joven decide enviar un mensaje de audio de WhatsApp al que fue un antiguo amor. Por supuesto, nada sonará como necesita, y la realidad se mezclará con la ficción, y la ficción lo hará con la metaficción. Un trabajo sensacional que define las relaciones de nuestro tiempo; también nuestros recuerdos y la proyección que tenemos en nuestra mente de ellos. Colosal.

El antepenúltimo mohicano

Twitter: @eamcinema | Park City, Utah.

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