Las esenciales de Emir Kusturica

Como le ocurre (u ocurría) a Michael Winterbottom, Ken Loach o Goran Paskaljevic, el cine de Emir Kusturica parece anclado en un tiempo pretérito que jamás retornará. Su estilo austero, que retrata estilos de vida muy concretos, ha perdido fuelle con el paso de los años, al menos a nivel mediático, ante el empuje de cineastas cuyos operadores de cámara bien pudieran ambientar una discoteca. En un momento dentro del cine de autor en el que se premia la exhibición técnica y narrativa y la falsa originalidad y el canallismo –ejem, Ruben Östlund—, estos directores, que cuentan historias sobre personajes mundanos, con un estilo desnudo y sin artificios, parecen pasados de moda. En el caso de Kusturica, además, con una propuesta marcada por los localismos –desde el humor hasta la gestión del drama—, ha pasado a ser irrelevante tanto para exhibidores como para el público. La prueba la encontramos con su último filme, En la vía láctea (On the Milky Road, 2016), el cual pese a contar con Mónica Bellucci como actriz principal fue ignorada en su estreno.

El cine de los Balcanes ha dejado de importar en el siglo XXI. Habría que cuestionarse si es una cuestión cultural y de calidad cinematográfica o tiene que ver con la invisibilización a la que someten los países del occidente europeo la información proveniente de la zona. Una buena muestra la encontramos con todo lo que ha acontecido en Kosovo. Como buen sistema capitalista se avergüenza de sus enormes errores. Y lo que ocurrió en los 90 en la península balcánica es uno de los mayores oprobios para el viejo continente –algo parecido sucede con la invasión rusa en Ucrania. Sea como fuere, Kusturica se convirtió en el cronista fílmico del antes, durante y después del conflicto. También uno de los autores más venerados durante un tiempo específico, en el que era reclamado y premiado en los grandes festivales del mundo. No sabemos si eso volverá algún día. Lo que sí debemos es disfrutar de su filmografía.

A continuación, les presentamos sus obras clave:

Papá está en viaje de negocios (1985)

Una película fascinante, que augura lo que ocurrirá años más tarde en Yugoslavia, incluso retrotrayéndose décadas atrás, ya que el filme está ambientado en los años sesenta en la nación de los Balcanes, justo en la ruptura de Tito con la Unión Soviética, comenzando un período de recesión en el país. Un hombre de mediana edad de una familia acomodada un día se expresa en contra de su presidente. Su hermana enfadada lo escucha y se lo dice a su marido, funcionario del Gobierno. El protagonista inicial termina siendo internado en un campo de trabajos forzados, dejando a su familia desamparada económicamente. La película consiguió la Palma de Oro de Cannes. Fue el primer gran éxito del director.

El tiempo de los gitanos (1988)

Otra magnífica película. También premiada en Cannes, con el galardón a la mejor dirección. El filme narra como un gitano afirma tener poderes telequinéticos. Una cualidad que llamará la atención de la mafia, que buscará usarlos en su favor. Kusturica siempre ha mostrado su interés por revelar las costumbres de las etnias que componían Yugoslavia. Esta es la cinta más lograda y hermosa sobre la raza gitana jamás hecha.

Underground (1995)

De nuevo, Palma de Oro para la que es su mejor película. Un filme rodado durante la guerra de los Balcanes (1991-2001) y que, a su vez, nos traslada a la II Guerra Mundial. Narra la historia de dos amigos que intentan sobrevivir en el frente, cerca de Belgrado. Uno de ellos termina herido y refugiado junto a unos partisanos. El otro se convierte en un héroe de guerra. Tras terminar esta, el segundo se erige en uno de los favoritos de Tito; en cambio, su viejo amigo tendrá que sufrir las consecuencias morales y profesionales de no haber estado en primera línea. Podemos definir Underground como el manual del cine del realizador serbio: perfecto balance de comedia y drama.

El antepenúltimo mohicano

Twitter: @eamcinema | Park City, Utah.

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