Grandes óperas primas francesas del siglo XXI

Los espectadores y lectores habituales de SundanceTV España son plenamente conocedores de la importancia que tiene el cine francés en la actualidad. Su cine no solo forma parte muy importante de nuestra parrilla, sino que también es habitual en la cartelera española cada semana. Los datos hablan de que se estrena tanto cine francés como cine español cada semana en nuestro país. Desde propuestas de prestigio, unidas a los premios del circuito de festivales, a, sobre todo, trabajos más populares, engalanados con los datos de taquilla, siempre espectaculares, del país vecino.

El auge internacional del cine galo solo es el resultado de un trabajo bien hecho a nivel local: que va desde las ayudas estatales hasta la sensibilidad del público, pasando por la unión de varias generaciones de autores y autoras que completan las diferentes dimensiones genérico-narrativas.

Así, y con ello, todo tiene un comienzo, este siglo XXI está repleto de obras facturadas en Francia de una enorme calidad. Tenemos incluso una ganadora del Óscar a mejor película como The Artist, que se presentó en la sección oficial del Festival de Cannes de 2011. El año pasado, Julia Ducournau, consiguió la segunda Palma de Oro para una directora en el certamen de la Costa Azul. Ducournau, precisamente, llamó la atención cuatro años antes con su ópera prima, Crudo (2016). Y de esto va este artículo, de las primeras veces de los grandes cineastas franceses en lo que llevamos de siglo.

Anoten.

Mon idole, 2002

Guillaume Canet emergió a finales de los 90 como uno de los rostros emblema de la comedia romántica en Francia. Tardó poco en sentarse en la silla de director, para comandar esta comedia sobre el mundo de la televisión con momentos tan descacharrantes como excesivos. Canet, también protagonista, da vida a Bastien, un reportero que aspira a escalar en el mundo de las comunicaciones. Algo que le propiciará conocer a su ídolo: un productor muy afamado en Francia. Este le invitará en un encuentro a una fiesta en su campo. Y allí Bastien conocerá la realidad del mundo en el que quiere avanzar.

Water Lilies, 2007

Con Retrato de una mujer en llamas (2019), su cuarta película, Céline Sciamma confirmó el gran talento que ya demostró en trabajos anteriores. Su ópera prima, aparte de descubrirnos a Adèle Haenel, blasón del nuevo cine galo, nos presentaba el manual de estilo de realizadora en el que prima la sensibilidad y la cercanía para contar pequeñas historias sobre las relaciones entre generaciones de mujeres.

Augustine, 2013

Vincent Lindon, Soko y Chiara Mastroianni protagonizan este drama de época que sirvió para presentar en sociedad a Alice Winocour, una realizadora sin miedo a moverse entre géneros. El filme nos traslada al hospital de la Pitié Salpêtrière a finales del siglo XIX. Allí un doctor estudia una enfermedad cada vez más común: la histeria. Para encontrar una solución se valdrá de una conejilla de indias de la que acabará sintiéndose atraído.

Mustang, 2016

Clásico de la parrilla de SundanceTV España. El debut de Deniz Gamze Ergüven narra la relación entre cinco hermanas huérfanas en una ciudad costera de Turquía. Cercana la adolescencia, las jóvenes experimentarán a través del juego sensaciones inéditas, algo que incomodará a la ortodoxa población local. Una propuesta que recuerda a otra ópera prima: Las vírgenes suicidas de Sofia Coppola (2000). Un retrato luminoso sobre la juventud que se presentó en la Quincena de Realizadores de Cannes y fue nominada al Oscar a mejor película de habla no inglesa.

El antepenúltimo mohicano

Twitter: @eamcinema | Park City, Utah.

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