5 películas sobre el mundo de la TV por el Día Mundial de la Televisión

El 21 de noviembre tiene lugar una relevante celebración: la del Día Mundial de la Televisión, que sigue siendo el instrumento de comunicación de masas más popular de nuestros días. Desde SundanceTV seleccionamos cinco películas centradas en el mundo de la televisión, para diseccionar, bajo prismas muy variados, los motivos por los cuales este medio, en constante evolución, mantiene casi intacto su enorme poder de seducción.

Un rostro en la multitud, de Elia Kazan (1957)

Como si de una versión oscura de Juan Nadie (1941) de Capra se tratase, esta sombría historia sobre el poder de manipulación de los medios de comunicación en general, y de la TV en particular, se centra en Larry (Andy Griffith), un vagabundo que, de la noche a la mañana, es convertido por una cadena televisiva en una estrella mediática. Cegado por el éxito, acabará siendo inconsciente portavoz de oscuros intereses políticos. Crítica y ácida, la solidez de su realización y la lucidez de su mensaje la convierten en una de las mejores obras de su autor.

Network, un mundo implacable, de Sidney Lumet (1976)

Uno de los grandes clásicos sobre la TV, traza un retrato tan provocador como inmisericorde del medio, al describirlo como un entorno enfermizamente competitivo, donde la audiencia ejerce el rol de ídolo cruel al que rendir pleitesía a cualquier precio, con holocaustos humanos si es preciso. O, al menos, ese es el amargo destino que parece esperarle a Howard (Peter Finch), un veterano presentador que, al descubrir que ha sido despedido, sufre una crisis nerviosa en directo que bate récords de público, lo que anima a los ambiciosos ejecutivos de la cadena a explotar la situación en beneficio propio.

El show de Truman, de Peter Weir (1998)

Contundente sátira sobre los programas de telerrealidad, el filme gira en torno a Truman (Jim Carrey), un modesto agente de seguros que descubre, horrorizado, que toda su vida es, literalmente, una ficción; y es que él es, desde que de niño fuera adoptado por la cadena, el involuntario protagonista de un espacio televisivo en el que sus amigos y familiares no son más que actores que interpretan un papel, mientras que la audiencia se nutre, precisamente, del suspense ante la posibilidad de que el hombre pueda descubrir la verdad algún día.

El reportero: La leyenda de Ron Burgundy, de Adam McKay (2004)

Espléndida comedia en la que participa la flor y nata del género de los últimos años (Will Ferrer, Steve Carell, Paul Rudd …) para trazar, bajo capas y capas de humor absurdo y friqui, un retrato bastante acertado sobre las luchas de poder que se producen en el interior de un programa televisivo, teniendo en cuenta que las personas dispuestas a ponerse ante una cámara suelen tener egos bastante desmedidos y no llevan bien la competencia ajena. Y más aún si estamos en el San Diego de los años 70 y tú eres un “macho alfa” que tienes como competencia directa a una mujer…

Buenas noches, y buena suerte, de George Clooney (2005)

Acabamos este recorrido con una obra que, al contrario del resto de películas que integran la selección, muestra la positiva incidencia que la televisión puede tener sobre la sociedad en las manos adecuadas. Ambientada con un portentoso minimalismo en el año 1953, recrea el pulso que mantuvo el presentador de la CBS Edward R. Murrow (David Strathairn) con el tristemente célebre senador McCarthy para defender la independencia periodística, un hecho que supuso el inicio del fin de la demencial cruzada anticomunista encabezada por dicho senador.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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