Tortugas y tiburones vuelven a la costa de Tailandia sin turistas

No podemos negarlo. Uno de los efectos colaterales de la crisis del COVID-19 es que nuestro planeta está respirando de las grandes cargas de contaminación a las que le tenemos acostumbrado.

Sin ir más lejos, durante las últimas semanas se han avistado raras tortugas marinas o tiburones de arrecife en las costas de Tailandia. Especies que, a día de hoy, ven amenazada su supervivencia.

“Con la pandemia han bajado las actividades humanas. Cierran los negocios y cesan las operaciones de barcos motorizados para turistas. Lo que se traduce en menos factores que perturban la vida de los animales. Ahora, ellos pueden salir a buscar comida con mayor tranquilidad”, apunta Teeranai Phetsom, biólogo marino que opera en varios parques naturales de la costa occidental.

A principios de abril, Tailandia, que el año pasado atrajo a cerca de 40 millones de turistas, cerró sus fronteras a la llegada de visitantes extranjeros.

Según el científico, en la zona habría al menos 130 dugongos -un mamífero acuático amenazado de extinción parecido a los manatíes también conocido como sirenos- y alrededor de un centenar de tortugas, además de un buen número de delfines que hasta hace no mucho evitaban las zonas de tránsito de los barcos para viajeros.

El sector turístico del país se ha visto duramente golpeado por la crisis del coronavirus, lo que representa entre el 12 y el 20 % del PIB nacional. Y eso no es lo peor, ya que las previsiones hablan de un descenso de hasta el 50 % de los visitantes.

Por ello, el gobierno ha creado recientemente un comité para la recuperación del sector, aunque todavía no se ha fijado una fecha para retomar la actividad.

Hasta la fecha, las autoridades sanitarias de Tailandia han detectado 2.792 infectados con COVID-19 y se han producido 47 muertes.

Teeranai asegura que el descenso del turismo a medio plazo, a pesar de ser negativo para la economía, tendrá un lado beneficioso para los animales.

«Cada año muchos animales mueren debido a actividades humanas, sin ese factor se podrán salvar muchas vidas marinas», mantiene el experto.

Además, el pasado viernes, guardas marinos grabaron a una veintena de crías de tiburón de punta negra, una especie diezmada en las costas tailandesas, merodeando en una popular playa del Parque Natural de Similan, una de las joyas turísticas del país.

Desde noviembre, indica Jakpan, se han encontrado 11 nidos de tortugas laúdes y un nido de tortuga verde marina, dos especies catalogadas como amenazadas, en la costa oeste del país.

Pero hay que tener en cuenta que las medidas tomadas para evitar la propagación de la COVID-19 también crean problemas a la vida marina, alerta el experto biólogo Thon Thamrongnawasawat, profesor en la Universidad de Kasetsart.

«El aumento de los plásticos que terminan en el mar», entre ellos mascarillas, señala Thon, y el posible recorte en el presupuesto para proteger los recursos naturales.

Por eso, aunque la naturaleza vuelva a su forma más salvaje, tenemos que seguir concienciándonos del cuidado que podemos ofrecerle durante esta crisis que, inevitablemente, nos afecta a todos.

Fuente: EFE