Los tiburones más curiosos derriban mitos

Tienen fama de ser fríos asesinos. Rápidos y calculadores, los tiburones son depredadores de mirada impenetrable. Al menos, así los describía Steven Spielberg cuando, en 1975, lanzaba al estrellato a este singular “pececillo” con su largometraje Tiburón. Pero la verdad es otra y no es tan fiero el tiburón como lo pintan. Las leyendas de “devoradores de hombres” son, en realidad, casos de ataques aislados, y esta mala fama se la lleva normalmente el gran tiburón blanco. Sin embargo, existen cerca de 400 especies distintas de tiburones con un aspecto y unas características muy distintas entre sí. Es uno de los animales que menos ha evolucionado desde la Prehistoria, cada uno tiene su propia personalidad. ¡Y algunos de ellos son verdaderamente sorprendentes!

Podría formar parte del reparto de una película de miedo. Así es el tiburón duende… casi indescriptible. Por su aspecto es uno de los tiburones más curiosos. Es grande y llega a alcanzar los tres metros de largo. Le gusta nadar en las profundas aguas de los océanos Atlántico y Pacífico. En su enorme morro posee un sofisticado sistema de electro receptores que le ayudan a detectar a sus presas. En el momento de la caza, sus potentes mandíbulas son capaces de proyectarse hacia adelante para ayudar a la captura de la presa, y sus afilados dientes hacen el resto. Esta especie es una de las que menos ha evolucionado en el planeta desde la Prehistoria, tal y como delata su aspecto.

Parecido, pero no igual (este da mucho menos miedo) se encuentra el tiburón sierra. Los individuos de esta especie no son especialmente grandes ya que suelen medir cerca de 1,40 m. De este animal lo que llama la atención es su alargado morro, que puede alcanzar el 30% de la longitud total de su cuerpo. La forma de este apéndice es alargada y plana, y a los lados está rematada por varios dientes de gran tamaño, como si fuera, precisamente, la hoja de una sierra. Esto le ayuda a recorrer el fondo marino, donde suele cazar crustáceos, cefalópodos y otros peces. Pero ¡ojo, no confundir con el pez sierra!

En la misma sección de bricolaje, se encuentra el tiburón martillo. A pesar de su extraño aspecto y su tamaño de entre cuatro y seis metros de longitud, tiene unos movimientos ágiles. Sobre su cabeza aplanada y sus ojos a los lados del morro, existe la teoría de que esto le permite ampliar su visión periférica y afinar otros sentidos como el olfato, ya que es en el morro donde este pez tiene más neuronas sensoriales que la mayoría de tiburones. Utiliza todos estos sentidos para escanear el fondo del océano y buscar otros peces que comer, en especial las rayas. A la hora de cazar, lo tiene muy claro, suele golpear a sus víctimas con su morro en forma de mazo, como un primer ataque.

 

Otro tiburón realmente espectacular es el tiburón ballena, que puede llegar a pesar 12 toneladas y medir 14 metros de largo. Se trata del pez más grande del planeta y es realmente bello. A lo largo de su lomo y sus costados su piel está “pintada” con puntos y líneas blancas, y no hay dos iguales en todo el mundo. Es como si si piel fuera una huella dactilar. Debido a su gran tamaño se le empezó a llamar tiburón ballena a mediados del siglo XIX. Otro dato curioso de esta especie es que se alimenta de pequeños peces y de plancton. Y lejos de ser un animal peligroso, se trata de un tiburón de carácter afable y amistoso con los humanos.

Algo más pequeño, pero igual de inofensivo es el tiburón peregrino. Más allá de llegar a medir 10 metros de largo y pesar tan solo unas cuatro toneladas, el segundo pez más grande del mundo es un animal bastante desconocido para los investigadores. Su rasgo más característico es el hecho de tener siempre abierta su enorme boca, de hasta un metro de diámetro. Es un animal pacífico que se alimenta del plancton filtrando el agua que entra en su gran boca.

Por último, el tiburón wobbegong o tiburón alfombra. Esta especie aprovecha su camuflaje perfecto: se funde con el color del fondo marino y sus pequeñas barbas llamadas barbillones hacen que parezca algas o coral. Es un animal nocturno al que le gusta comer crustáceos, pequeños peces e incluso especies pequeñas de otros tiburones. El wobbegong suele habitar las aguas no muy profundas del océano Pacífico, cerca de Australia, Filipinas o Indonesia. Esta alfombra con dientes solo atacará si se siente amenazada.

Por desgracia, la pesca sin control está haciendo peligrar muchas especies de tiburón.

¿Conocías estos tiburones? Acércate, no (todos) muerden.