La despensa de Ramsés II, al descubierto

¿Y si te dijéramos que tal vez no seamos tan distintos a los grandes faraones egipcios? ¿Es posible que guardemos algo en común con el mismísimo Ramsés II? Si tu primera reacción es el desconcierto o el escepticismo, es normal. ¡Hablamos de los faraones de Egipto! Los gobernantes de una civilización milenaria y adelantada a su tiempo que prácticamente se consideraban dioses y que dejaron evidencia de su paso por la tierra con algunos de los fenómenos arquitectónicos más espectaculares de nuestra historia.

Ramses II

Sin embargo, el hallazgo reciente de una misión arqueológica en el Delta del Nilo podría hacernos bajar de las nubes. No, la grandeza de un reinado tan largo y célebre como el de Ramsés II no queda desmentida. Pero si dota de humanidad al dirigente responsable de incontables reliquias perdidas y encontradas a lo largo de los siglos. Entre ellas, dos cámaras a modo de almacén de alimentos y otros objetos que bien podrían recordarnos a nuestras despensas y trasteros actuales.

Según el Ministerio de Antigüedades egipcio, el habitáculo se encuentra junto a un edificio residencial en el yacimiento de la fortaleza militar de Al Abqaín, en la ciudad de Hosh Eissa (Beheira, al norte del país). Ambas cámaras, con diseño de colmena, sirvieron para conservar la cosecha, la carne o el pescado en pequeñas celdas. Aunque también se han descubierto vasijas, azulejos o talismanes con el ojo del dios Horus grabado en piedra.

En un comunicado oficial, se asegura que los almacenes están «completos» y se ofrecen detalles sobre su disposición. Un patio amurallado separa las dos cámaras y cada una está custodiada por una caseta para vigilantes. En torno a cada unidad, también se aprecian restos de paredes y contramuros de adobe. Los trabajos de restauración, que ya están en marcha, han expuesto lo que, con seguridad, eran hornos de barro empleados en el tueste del grano.

Templo de Abu Simbel

En palabras de Nadia Jedr, presidente de la Administración Central de Monumentos de la zona norte, “esto significa que en el Antiguo Egipto se tuvo la idea de tostar el grano para limpiarlo de insectos y de la humedad antes de guardarlo dentro de los almacenes para garantizar su conservación y evitar plagas”. Precediendo al hallazgo de esta nueva estructura, los arqueólogos ya habían dado previamente con los muros exteriores de la fortaleza, torres de vigilancia y un falso patio de acceso a prueba de intrusos.

Ramsés II descansa en el Valle de los Reyes de la ciudad de Lúxor y el suyo fue uno de los reinados más largos (66 años), al cual se atribuyen numerosos “secretos” desenterrados. Pero este no es el tipo de descubrimiento magnífico e idealizado al que nos tiene acostumbrados la cultura popular. Aún así, nos acerca a ese mundo de mitos y épica que parece tan diferente al nuestro conectando pasado y presente a través de costumbres y usos comunes, compartidos… Y el valor de algo así, es incalculable.