Radiación y mutaciones

La radiación y las mutaciones son algo que tememos todos los seres humanos, sin embargo, ¿Sabes en qué consiste? ¿Todas las radiaciones son igual de perjudiciales? ¿Cuántos tipos de mutaciones existen? En este nuevo artículo de Odisea queremos arrojar algo de luz sobre esta materia tan delicada.

Radiación y mutaciones

Para comprender cómo la radiación puede afectar a los seres vivos, hay que aclarar qué es la energía nuclear. Todos los seres humanos estamos formados por átomos que tienen un núcleo atómico estable. Sin embargo, en la naturaleza existen también átomos con núcleos inestables, entonces para poder ser estables se desintegran perdiendo energía y radiando partículas radiactivas: partículas alfa, beta y/o rayos gamma. Todos estos elementos pueden dañar nuestras células y ADN.

Partículas alfa

Están formadas por dos neutrones y dos protones. Son más grandes que el resto de las partículas y tienen una gran capacidad destructiva. Sin embargo, debido a su gran tamaño no pueden pasar con éxito tejidos, por lo que su daño es muy superficial.

Partículas beta

Este caso está formado por partículas beta, que pueden ser electrones o positrones. Tienen un tamaño más pequeño que las anteriores, por lo que sí que puedan atravesar mayores distancias. No suelen ser un problema a no ser que se ingieran o inhalen sustancias radiactivas con este tipo de radiación.

Rayos gamma

Estos rayos están formados por fotones gamma que son partículas mucho más pequeñas, por lo que es fácil que penetren profundamente y causen alteraciones en órganos internos.

Con todo esto, ¿Cómo nos afectan las radiaciones?

Estas anteriores radiaciones, junto a los rayos X y los neutrones son consideradas radiaciones ionizantes, lo que quiere decir que pueden causar cambios en la carga eléctrica de los átomos de nuestras moléculas pudiendo romperlas.

Las radiaciones ionizantes pueden provocar alteraciones en nuestro ADN, por ejemplo, en primer lugar, pueden generar modificaciones en la estructura de la molécula haciendo que se rompan los enlaces entre azúcares que unen los nucleótidos que forman el ADN, y por otro lado, los puentes de hidrógeno que unen dos cadenas de ADN.

Diariamente estamos expuestos a pequeñas dosis de estas radiaciones, aunque nuestro cuerpo es tan listo que sabe cuidarse para que no tenga ningún efecto perjudicial. Sin embargo, el problema está cuando somos sujetos de grandes dosis y nuestro cuerpo no es capaz de acabar con ellas.

Por lo tanto, los efectos de la radiación ionizante pueden ser dos: por un lado, los efectos de la muerte celular que pueden ser quemaduras, descamaciones, esterilidad, infecciones… y por otro, los efectos de las mutaciones en el ADN que pueden provocar cáncer u otras mutaciones germinales.

Ejemplos históricos de radiaciones ionizantes

Todos recordamos el primer bombardeo atómico contra Hiroshima en el 1945 por el presidente norteamericano, Truman, al cual le siguió el segundo unos días más tarde en Nagasaki.

40 años más tarde se produce la conocida explosión de Chernóbil en Ucrania, y no hace muy poco, en el 2011 un terremoto desestabilizó la central de Fukushima en Japón.

Como olvidar los grandes avances científicos y médicos descubiertos por Marie Curie y su esposo, Pierre Curie.