Objetivo: restaurar el ecosistema coralino

Para algunos, el Día Mundial de los Océanos no acaba el 8 de junio. Si es que es posible, aún queda mucho trabajo por hacer para mantener limpia y viva una de nuestras mayores fuentes de oxígeno. Y la bióloga española María Marcos, lo sabe. Tiene una misión: rehabilitar el arrecife de coral de Port Dickson, en Malaca, Malasia.

El gobierno malasio es consciente de la pérdida de vitalidad del arrecife a causa del desarrollo urbanístico y la contaminación de las costas. Por eso, su Departamento de Pesca coordina los planes del equipo de María en la península. Planes que consisten en «fragmentar y sembrar» sobre zonas relativamente sanas intentando reproducir lo más natural y fielmente posible la forma de agruparse que tiene el coral.

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Primero, se lleva a cabo la «fragmentación» de los corales y se mantienen en tanques de agua a modo de guarderías. Los llaman así porque solo cuando se han desarrollado lo suficiente para sobrevivir en libertad, son devueltos a su hábitat. Se «siembran» hasta ocho especies diferentes de coral, como los del género Platygyra, que tienen forma de cerebro, o los Pocillopora, apodados “conejillos de indias” al ser el principal objeto de estudio entre estos animales marinos coloniales.

Es necesario introducir varias especies, ya que la falta de homogeneidad en la diversidad genética otorga mayor resistencia al ecosistema coralino a largo plazo contra la acción humana. María Marcos trata de hacer entender la importancia de su labor y de proteger estos “centros de gran valor ecológico”. Al fin y al cabo, los peces, cefalópodos, moluscos y crustáceos se refugian, alimentan y reproducen entre sus oquedades.

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Para la bióloga también es esencial evitar el blanqueamiento del coral, es decir, la ruptura de la relación simbiótica entre el mismo y las zooxantelas. Algas que le proporcionan oxígeno y sin las cuales, el coral muere. “Cuando se rompe este delicado equilibrio que mantiene la buena salud de los corales», las zooxantelas abandonan su hogar calcáreo y revelan el color blanco de sus esqueletos (…) La muerte de los corales condena también a los pescadores locales al liquidar el ecosistema, y esa falta de sustento termina perjudicando el desarrollo socioeconómico”, explica Marcos.

Así, un deterioro considerable del arrecife de coral de las costas de Malasia en menos de diez años, nos recuerda que cada día es el Día Mundial de los Océanos para todo aquel que lucha por la conservación de un ecosistema al que, sin ayuda, se le acaba el tiempo.

Fuente: EFE