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La risoterapia, una buena forma de recuperar la salud

La risa es algo connatural a todos los seres humanos. Todos lo hacemos en mayor o menor medida y en función de determinadas situaciones. Pero, ¿qué significa reírse? La respuesta a esta pregunta ha cautivado a numerosos investigadores, sobre todo a los psicólogos.

En 1979 Norman Cousins publicaba el libro Anatomía de una enfermedad. En este texto, Cousins describía su enfermedad de los tejidos conjuntivos, que se suponía irreversible. Norman se sometió a un tratamiento y, en él, se incluyó el visionado de películas cómicas de los hermanos Marx. El resultado fue que Cousins se curó. Ahora bien, ¿fue relevante la aportación de este género de películas?

Según los expertos parece ser que sí, que hay una clara relación entre la salud y la risa. De hecho, parece que la risa nos proporciona una mayor salud. Y esto desde un plano físico y psíquico.

Físicamente, cuando nos reimos, aumentamos la presión arterial, el ritmo cardíaco y dilatamos los vasos sanguíneos (liberando sustancias beneficiosas para el organismo). El cardiólogo estadounidense Michael Miller realizó un estudio en el que proyectaba dos tipos de películas a dos grupos de pacientes. Unos veían una película cómica y otros una estresante. El resultado fue que los que presenciaban la película cómica dilataban claramente los vasos sanguíneos, con sus consecuentes efectos positivos. Además, psíquicamente, otros estudios confirman que cuando nos reímos nuestro cerebro segrega más dopaminas y endorfinas, sustancias encargada mantener nuestro bienestar.

Ante estos descubrimientos algunos psicólogos, enmarcados en la psicología positiva, decidieron diseñar lo que hoy se conoce como risoterapia. De forma esquemática, la risoterapia consta de tres fases y se suele realizar en grupos. La primera es de relajación, a la que se llega a través de distintas técnicas corporales como la danza o los masajes. La segunda fase busca la interconexión de los participantes en clima de complicidad. Y la tercera busca liberar, mediante juegos, las risas más sinceras y profundas de los participantes.

Los centros de risoterapia no abundan. No obstante, en Decasa hemos podido encontrar alguno como la Fundación Sauce, que ofrece cursos y talleres centrados en esta temática.

La risa es buena para los bloqueos emocionales, para el estrés, para la ansiedad, para la depresión y para las enfermedades coronarias. Filósofos, tradiciones ancestrales y psicólogos ya lo saben. Incluso en nuestro refranero popular se dice «al mal tiempo, buena cara». En los tiempos de crisis que corren, no parece estar demás la risoterapia.

 

 

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