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Pascua Ortega: de Wall Street al mundo del interiorismo

Pascua Ortega se considera desde siempre un apasionado de la arquitectura y el interiorismo. Sin embargo, decidió, por razones familiares estudiar Derecho y Economía. Fue trabajando en Wall Street cuando se dio de que tenía una necesidad creativa que necesitaba cubrir y a partir de ese momento comenzó a hacer proyectos de decoración: bancos, discotecas, embajadas, apartamentos, hoteles, casas de campo, de playa, urbanas…

Este interiorista confiesa que su mayor fuente de inspiración es el madrileño barrio de las letras, aunque todo lo que le rodea le hace pensar y le influye. En esta zona de la capital, se ubica una de las joyas del interiorismo de nuestro país y una de las favoritas de Pascua: la casa de Lope de Vega. Se trata de un lugar restaurado según las viviendas de la época, en el que destacan la austeridad y las influencias árabes.

Este profesional de la decoración considera que más que un estilo, tiene una manera de hacer, ya que defiende la versatilidad del interiorista y por eso cree que tener un estilo puede ser peligroso. El denominador que sí es común a todos sus trabajos es un punto de humor, algo que se sale del resto de elementos encajados y que como en la vida, es muy necesario. Dentro de ese modo de hacer destaca la importancia de las antigüedades, piezas únicas a partir de las cuáles es capaz de decorar toda una casa. El espacio Bakelita, ubicado en Madrid, es uno de esos lugares en los que encuentra esos tesoros con historia.

Respecto a su vivienda particular, él mismo dice que «no es la casa de un decorador sino de un vividor. Es un desorden ordenado». En ella está todo lo que forma parte de su vida: recuerdos, regalos… Cuando la encontró estaba en ruinas, pero se enamoró de ella y decidió restaurarla. Dos de las estancias más especiales son el bar, en el que se reúne con sus amigos y la biblioteca, en la que convive con sus otros amigos; los libros. Para Pascua también es fundamental el pulmón del hogar, el patio, y se considera un privilegiado por tener nidos de pájaros en pleno centro de Madrid.

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