El interiorista Lorenzo Castillo presenta uno de los episodios de Con nombre propio, en el que comparte con nosotros parte de su vida profesional y personal, reflexionando sobre cómo es su estilo, descubriéndonos sus fuentes de inspiración e incluso mostrándonos algo tan íntimo y a la vez tan ejemplificador de su estilo como es su domicilio particular.
Lorenzo estudió Historia del Arte, a pesar de la contrariedad que eso causó en su entorno, que consideraba esa carrera más propia «de niñas». Aunque comenzó en la profesión como anticuario, pronto este trabajo le dio el bagaje adecuado para ser decorador, ya que los clientes a los que vendía muebles terminaron pidiéndole que decorara sus casas. Así, el primer proyecto importante que tuvo fue la remodelación de la tienda Loewe, convirtiéndolo en un espacio de lujo con un toque moderno pero fiel al ADN de la firma. También es destacable el proyecto del Hotel Grace de Nueva York. A pesar del aire palaciego de algunos de estos trabajos, no quiere encasillarse dentro de entre estilo, ya que también hace decoraciones más depuradas y su principal seña de identidad es interpretar el mundo clásico desde una estética contemporánea.
Una de sus fuentes de inspiración es Madrid y su arquitectura, al igual que los viajes. Concretamente, El Rastro le ayuda a desconectar de sus proyectos y le recuerda a su infancia. Considera además que es dónde se pueden encontrar los mayores tesoros. La Brocanterie es una de sus tiendas preferidas en la que adquiere piezas vintage y verdaderas antigüedades. Estos objetos tienen siempre una parte importante en el resultado final de la decoración.
Lorenzo es también diseñador y tiene su propia tienda en la madrileña calle Almirante, en la que también vende muebles antiguos, sobre todo, del siglo XX. Se trata de piezas procedentes de distintos países y autores, incluyendo algunas que rozan el mal gusto pero que bien combinadas dan un resultado espectacular. Siempre que hace un proyecto, considera fundamental conocer al cliente y para él lo más importante en el mundo de la decoración es el diseño.
Todo esto se ve reflejado en su propia casa, que ha transformado totalmente ya que era un almacén de antigüedades en sus orígenes. Cuenta con un patio ajardinado con una fuente de Carlos IV del siglo XVIII de la que parte una escalera que conecta con la planta superior en la que están los salones, la biblioteca y un pequeño apartamento de invitados. Una de las zonas estrella es el bar, en el que los espejos tienen gran importancia haciendo de este espacio «una caja de luz» amueblada con una mezcla de elementos del siglo XVII español, el XVIII francés y, sobre todo, piezas del siglo XX.
Lorenzo se considera un hombre muy hogareño y por eso ha diseñado su casa para «usar todos los espacios todos los días». En su decoración destaca la mezcla de piezas de autor con otras vintage y con elementos contemporáneos. En este espacio cobran importancia las telas, producto que Lorenzo adora por su capacidad para transformar cualquier decoración de una forma rápida. Así, uno de los retos de este interiorista fue diseñar su propia colección de telas para la firma especializada Gastón y Daniela que refleja su gusto por los estampados llamativos y geométricos fundamentalmente.
