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Javier Castilla: “Mi profesión, el interiorismo, hace que mi vida sea mejor”


Javier Castilla
es uno de los interioristas que protagoniza uno de los capítulos de Con nombre propio. Descubre a continuación alguna de las cosas que nos contó en este episodio y no dejes de verlo. Además puedes ver aquí el principio del mismo.

Para Javier la decoración adecuada de un lugar es aquella que invita a quedarse en ese sitio. Desde pequeño ha estado interesado en esta disciplina y aunque estudió Arquitectura, ya sus profesores le alababan por sus interiores y criticaban sus fachadas. Así confirmó que lo suyo era el interiorismo aunque considera que ambas disciplinas van de la mano. Su primer trabajo fue un cuarto de baño y desde ese momento ha ido aprendiendo, formándose y tomando distintas inspiraciones, por ejemplo, del cine. Considera que el trabajo tiene que ser un complemento a la vida y él disfruta con el suyo, lo que hace que su vida sea mejor.

Algunos de los lugares que más les gusta visitar en Madrid por su belleza decorativa son los exteriores y jardines del Museo del Prado, la Iglesia de los Jerónimos o el Retiro. Concretamente este «pulmón de la capital» le resulta maravilloso por su mobiliario, fuentes, caminos…y por esa mezcla de lo clásico con puntos más llamativos en algunos tipos de árboles y plantas.

Una de las tiendas fetiche donde encuentra todas las piezas que necesita en sus proyectos es el anticuario AnmonderDesde una mesa Napoleón hasta muebles años 40, pasando por una lámpara que iluminó del atelier de Dior; Javier siempre encuentra todo lo que necesita. Piezas tan especiales que considera que, a veces, un solo mueble es el protagonista de todo un espacio o proyecto de interiorismo.

Su estilo mezcla aquellas influencias que le gustan: elementos clásicos, antigüedades, pintura moderna… En su opinión «hay interiores que hay que destruir y volver a empezar y otros con un buen maquillaje de paredes y suelos pueden dar un buen resultado». Por ejemplo, nos muestra una casa unifamiliar que modificó totalmente. En ella destacan los colores neutros, la escalera que conecta las dos plantas y tiene una librería ficticia como fondo (realizada en papel pintado), uno de los baños forrado enteramente con cristales o las fotos antiguas de la familia que conservó en el dormitorio principal.

En opinión de Javier Castilla cuando comienza un proyecto se produce una especie de lucha en la que se tiene que ir metiendo en la cabeza del cliente, convenciéndole que lo que le está proponiendo es lo mejor para su casa. Lo más importante es que las casas sean acogedoras y que todo lo que tienen dentro cumpla una función. En sus proyectos siempre incluye multitud de diseños suyos acompañados de piezas antiguas. Considera que «los diseños míos han evolucionado conmigo o quizá yo con ellos».

Respecto a su propia casa, el interiorista confiesa que es un reflejo de su personalidad y manías. Le gusta mucho la pintura y disfrutar de ella, algo que se nota en su vivienda. Para él, la joya de la decoración es una casa de muñecas, una maqueta que lleva años haciendo y transformando gracias a pintar los muebles para darle un giro completamente distinto. Esta casita es lo primero que ve cada mañana cuando se despierta en su cuarto, un dormitorio poco usual en el que la cama no ocupa la parte central sino que está colocada contra la pared. Un espacio muy suyo como el resto de su casa.

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