¿Quieres saber qué es lo que inspira a Nacho García de Vinuesa?, ¿cuáles son sus proyectos más importantes o cómo empezó en el mundo de la decoración?, ¿cotillear la decoración de su domicilio? En el capítulo del programa Con nombre propio presentado por este interiorista, conocemos la respuesta a estas preguntas de primera mano; ya que es él quien nos abre las puertas de su mundo profesional, incluso las de su casa.
Nacho García de Vinuesa nació en Madrid en 1967, aunque su madre procedía del norte de España y su padre del sur, lo cual siempre ha producido en él una mezcla de influencias: la seriedad más característica de los vascos y el carácter más lúdico propio de los andaluces, lo cual le ha servido para unir ambas perspectivas y lograr una forma peculiar e interesante de ver la vida.
Comenzó en el mundo del interiorismo estudiando Arquitectura, pero reconoce que siempre usó colores más propios de un decorador que de un arquitecto, algo que incluso anticiparon sus profesores. Siendo muy joven firmó el proyecto para transformar la Iglesia de San Juan de los Caballeros en Museo y a partir de ese momento no ha dejado de trabajar. Algunos de los retos que recuerda con más cariño son la decoración de los restaurantes Thai Gardens o el MGM en las Vegas, en el que no dudó en hacer claras referencias a la cultura española y el diseño totalmente circular para de una amiga suya.
Pero, ¿en qué se inspira para crear estas decoraciones? Reconoce que los paseos por el madrileño barrio de Salamanca y «cotillear» los escaparates de las lujosas tiendas que allí se pueden encontrar, es algo que le sirve a la hora de diseñar sus propios proyectos. Los viajes también se convierten en su musa y no duda en comprar elementos decorativos de otros países y culturas aunque no sepa en ese momento dónde los va a colocar.
Él mismo define su estilo como muy ecléctico, tendencia que considera que cada vez va a más en sus trabajos. En esta mezcla propone combinar piezas antiguas con otras nuevas y apostar por la atemporalidad del mármol o la madera, materiales naturales que huyen del estilo minimal que ya considera pasado de moda. Lo que más le gusta es hacer cosas nuevas y distintas y realizar la totalidad del proyecto, por lo que los hoteles le dan mucho juego.
En cuanto a su casa, él mismo la define como un puesto de El Rastro, «un almacén habitable» en el que el eclecticismo, seña de identidad, está muy presente. Las piezas que la decoran no para de cambiar de lugar y por eso está muy viva, aunque paradójicamente confiese que la vive poco. Apuesta por lo colores fuertes en su decoración excepto en el dormitorio, ya que prefiere la ausencia de tonos estridentes y se decanta por los neutros como el beige o el negro y las texturas agradables que le ayudan a descansar.
