Mónica Andina y Fernando Tapia presentan uno de los episodios del programa Con nombre propio. En el capítulo que estos dos interioristas protagonizan conocemos sus inicios, su estilo y sus casas.
Mónica Andina y Fernando Tapia son dos primos a los que el amor por el arte y lo bello les viene de familia. Mónica Andina estudió arquitectura de interiores y había montado estudio cuando Fernando Tapia regresó de Nueva York para instalarse en Madrid como marchante de arte. Tras realizar juntos algunos proyectos deciden asociarse.
Comienzan realizando el estudio de interiores de casas de personas conocidas y poco a poco se van abriendo paso en el mundo del interiorismo llegando a realizar proyectos para Mercedes Benz y la Real Academia Española.
Estos dos decoradores conciben su profesión como la fusión entre funcionalidad y estética. Buscan que un espacio cumpla unas funciones determinadas de la forma más bella posible.
Sus proyectos tienen un giño de frescura con sofisticación. Las casas que ellos realizan son una clara representación de aquellos que las van habitar. Siempre buscan que no sea una vivienda típica de decorador, si no que cada proyecto sea único. Estos dos interioristas son dos estilos dialogando, se complementan el uno al otro, mientras que Tapia se fija más en los detalles, Andina es más práctica y trata de buscar una funcionalidad clara a todo. De esta forma se crea una armonía.
En el capítulo que protagonizan, les acompañamos por los lugares que les inspiran. El barrio de Chueca en el caso de Mónica Andina, el cual considera que despierta y alimenta la creatividad. En él nos muestra un portal con adoquines de madera y altos techos con molduras barrocas donde pasó gran parte de su infancia. También la acompañamos a la fundación Fernández de Castro, un edificio del siglo XIX que ha sido restaurado respetando las características originales.
Por su parte Fernando Tapia nos lleva al madrileño barrio de Lavapiés en el que se concentran un gran número de galerías de arte en las que se apuesta por los jóvenes artistas.
Ambos nos describen las características de sus casas. Andina ha creado una casa de campo en medio de la ciudad, con motivos muy rurales y una habitación donde la frescura viene dada por suelos esmeralda y lucernarios.
Por su parte Fernando Tapia tiene una casa en un edificio del siglo XIX en la que salta a la vista que el arte le sigue allá donde va. El interiorista confiesa que ahora que ve su casa muy acabada desea conseguir otra por el simple placer de volver a empezar.
