Una terapia polémica: renacer para curar el estrés

Son muchas las técnicas a nuestra disposición para ayudarnos a intentar superar o, por lo menos sobrellevar, trastornos de salud mental como puede ser la ansiedad, la depresión o el nerviosismo. Pero el método que te vamos a presentar hoy es algo que para muchos aumentaría el nivel de adrenalina en el cuerpo hasta niveles muy preocupantes; sobre todo si has visto películas como Buried (Enterrado), un momento mítico de Leslie Nielsen en Creepshow, o Kill Bil Vol. 2.

Para la mayoría, la idea de tumbarse dentro de un ataúd y ver cómo alguien cierra la tapa encima de ellos sería sin duda una de las experiencias más traumáticas pero un equipo de psicoterapeutas en Shenyang, China emplea esta terapia para tratar problemas psicológicos, sobre todo cuando se trata de pacientes con niveles de estrés muy agudos.

Según el periódico «The Shenyang Evening News»,  ya son más de 1.000 pacientes los que han experimentado ese simulacro de muerte para renacer como otro y dejar sus problemas dentro del ataúd. Y es que, según los médicos en este centro médico en Shenyang, una de las mejores formas de ayudar a sus pacientes a olvidar todos los problemas que están causando sus ansiedades es hacerles experimentar la muerte para nacer de nuevo y empezar desde cero. Los pacientes se adentran en una habitación de 5 metros cuadrados, conocida como el «Death Experience Room» (Habitación para experimentar la muerte), apuntan sus «últimas palabras» o últimos deseos, y luego se tumban en un ataúd en el suelo donde los médicos les tapan con un trapo blanco. Para darle un toque más auténtico a la ceremonia, los pacientes/muertos disfrutarán del sonido de música funeraria durante todo el proceso.

Para los de mayor claustrofobia entre vosotros os alegrará saber que sólo tienes que «aguantar» 5 minutos de lo que llaman «tiempo de serenidad» después de lo cual el lloriqueo de un recién nacido rompe el silencio. Un médico abre el ataúd y el paciente oirá una melodía de lo más alegre sonando en el ambiente y, según los resultados parece que los pacientes salen del ataúd como nuevos y con una nueva perspectiva más positiva sobre la «nueva» vida que les espera.

Para daros un ejemplo, un director de empresa que acudía al centro por problemas muy graves de depresión y estrés sólo tenía palabras de agradecimiento a los médicos y el tratamiento: «Durante los últimos treinta y cinco años, pensaba que buscaba lo que me daría felicidad en la vida: dinero y un buen puesto bajo. Pero, después de someterme a la experiencia me di cuenta que lo que necesitaba no era una casa sino «un hogar», un sitio donde sentirme apreciado y entendido. El joven director había intentado suicidarse varias veces pero, por suerte, sus familiares y amigos habían podido pararle. Y ahora, después de haber renacido, ha pedido un trabajo menos importante, con menos sueldo y menos responsabilidades y ha empezado a trabajar con numerosas caridades para ayudar a la gente menos afortunada que él.

Aunque el ejemplo de arriba sugiere que este tipo de tratamiento es muy efectivo, siempre hay que tener en cuenta que la terapia hace uso de la «teoría de la sugerencia» y es sólo una pequeña parte de la psicoterapia y desde luego no apta para todas las personas. De hecho son los propios médicos en el centro los que eligen quienes pueden recibir esa terapia de muerte.

En próximas entradas seguiremos indagando en el inmenso mundo de las tratamientos y terapias más asombrosas.

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