Nuevas anécdotas salen a la luz al cumplir 28 años la versión de Drácula de Francis Ford Coppola

Un 13 de Noviembre de 1992, el cineasta ítalo americano Francis Ford Coppola, tras varios fracasos comerciales, volvió a experimentar los éxitos de la taquilla y el reconocimiento de la crítica gracias a DRÁCULA DE BRAM STOKER, quizá una de las adaptaciones más fieles al libro original.

Hace poco, en un reportaje en “Vanity Fair”, se revelaron desconocidos detalles sobre la producción y rodaje de esta cinta, sobre todo en lo relativo a la participación de la actriz Winona Ryder. Según el artículo, la cinta “sólo existió porque Ryder quiso que existiera”. También relató que Ryder, que en ese momento gozaba de fama mundial, recibió durante un fin de semana una decena de guiones, pero fue el guion de James V. Hart la que llamó su atención…

En vez de basarse en la obra de teatro, Hart se atrevió a trasladar al lenguaje cinematográfico la estructura fragmentada en cartas de la novela de Stoker. Un material que en teoría era inadaptable y que el cineasta Michael Apted iba a rodar en forma de telefilm.

Se rumorea que Ryder ofreció el puesto de director a Coppola, con quien tenía una colaboración pendiente desde que dos años antes no pudiera interpretar el papel de Mary Corleone en EL PADRINO: PARTE III, siendo reemplazada al final por Sofia Coppola, la hija del director. Gracias al compromiso de Ryder para interpretar a Mina, Columbia accedió a contratar a Coppola como director y a darle todo el presupuesto que necesitase. La actriz, además, sugirió tanto al actor Keanu Reeves para que interpretara a Jonathan como a Gary Oldman como el conde Drácula.

Muchas cosas ocurrieron durante el rodaje que no salieron a la luz hasta hace poco.  Por ejemplo, Coppola le pidió a su hijo Roman que convenciera a Ryder para que se quitara la ropa en la película porque a él le daba vergüenza pedirle que lo hiciera. Se dice que “Winona sufrió un ataque de pudor, porque empezó a preocuparle que a su novio [Johnny Depp] no le gustase que enseñase los pechos”.

Pocos saben que Columbia también consideró la posibilidad de darle al actor Liam Neeson el papel de Van Helsing, pero tan pronto como Neeson supo que Anthony Hopkins también estaba interesado en el papel, se retiró del proyecto para cedérselo a Hopkins.

Años después del estreno, Keanu Reeves dijo que no estaba nada satisfecho con su interpretación y que se encontraba agotado tras haber hecho varias películas justo después de aceptar el papel de Jonathan Harker, y que hizo todo lo posible para tener las fuerzas necesarias para el papel, «pero no tenía nada de energía para que funcionara».

La relación entre Oldman y Ryder también dio que hablar. Se cuenta que ambos se llevaron bien hasta que Oldman decidió gastar una broma de mal gusto. Cuando comenzó a rodarse la escena en que Mina tenía su primer encuentro con Drácula, el director hizo repetir la toma muchísimas veces. Oldman entonces cogió un calabacín y, justo cuando Ryder tenía que girarse para descubrirle, lo colocó en su entrepierna e hizo gestos obscenos con la hortaliza fuera de plano. Coppola seguía rodando como si nada y aquella fue la toma que al final apareció en la cinta. La actriz abandonó el set muy furiosa, pero Coppola decidió que esa era la escena que tenían que usar para la película… y Oldman no pudo dejar de reírse.