Los vampiros más icónicos del cine de terror

Desde luego, la literatura nos ha dado vampiros famosos, pero el cine los ha convertido en auténticos iconos. En DARK, disfrutamos un montón con estos personajes tan terroríficos que se alimentan de la sangre de sus víctimas. Una especie de asesinos en serie sobrenaturales que han inspirado grandes obras del séptimo arte.

¿Quiénes son los mejores vampiros de todos los tiempos?

Por su personalidad, carisma o por la historia que esconden detrás, los vampiros de los que hablaremos a continuación se han instalado en el imaginario colectivo y se han convertido en auténticos referentes. ¡Veamos quiénes son!

Conde Orlok, Nosferatu: Una sinfonía del horror (1922)

Si hablamos de películas de vampiros y de cine de terror, mencionar al Conde Orlok es algo inevitable. Este vampiro bebe directamente de Drácula y es la primera representación de la novela de Bram Stoker en la gran pantalla. La interpretación ¡y caracterización de Max Schreck como criatura chupasangre desató, incluso, rumores de que el actor era un vampiro de verdad y lo convirtió en un icono.

Posteriormente, en 1979, Klaus Kinski encarnó de nuevo y con mayor intensidad al Conde Orlok bajo la dirección de Werner Herzog.

Drácula, Drácula de Bram Stoker (1992)

El Conde Drácula es el vampiro por antonomasia y ha tenido un enorme impacto en el cine fantástico y de terror. No en vano, las adaptaciones de esta historia se cuentan por decenas. Sin embargo, si hay una representación que ha impactado a la audiencia ha sido la de Gary Oldman en la película de 1992 dirigida por Francis Ford Coppola.

A lo largo de la cinta, el Conde Drácula adquiere apariencias totalmente distintas, aunque la que más ha llamado la atención y se nos ha quedado en la mente es con la que aparece cuando recibe a Jonathan Harker (Keanu Reeves) en su castillo. Su peinado extravagante, su tez pálida, su manto rojo y esas manos que parecen garras crean una imagen, simplemente, escalofriante.

Santanico Pandemonium, Abierto hasta el amanecer (1996)

Los vampiros no solo son criaturas que infieren terror y miedo, también pueden despertar otro tipo de sentimientos y emociones. En el caso de Santanico Pandemonium, interpretada por la maravillosa Salma Hayek, es el ejemplo perfecto de sensualidad, seducción y peligro. Estamos seguros de que esta reina vampiro ha protagonizado las fantasías de muchísimas personas desde que apareció bailando, con serpiente incluida, en el filme de Robert Rodríguez.

Akasha, La reina de los condenados (2002)

Otra que no va corta de sensualidad es Akasha, la mismísima reina de los condenados. La malograda cantante Aaliyah fue la encargada de dar vida a este personaje en la gran pantalla sin saber que sería su último proyecto.

Arrancar corazones y darse un festín de sangre mientras baila al ritmo de rock alternativo es solo una de las cosas icónicas de las que esta poderosa reina vampiro es capaz. De hecho, en diciembre de 2002, un escocés llamado Allan Menzies asesinó a uno de sus amigos aduciendo que fue la propia Akasha la que le ordenó tal fatídico desenlace.

Conde Drácula, Drácula (1931)

El arquetipo de caballero elegante y bien vestido, que forma parte de la idea de vampiro que todos tenemos en la cabeza, se lo debemos a la película de Tod Browning y, por supuesto, a Béla Lugosi. Frente a la fealdad y monstruosidad que respiraba el Conde Orlok en Nosferatu, el Drácula de Browning ofrecía distinción y mucha clase.

Aunque Lugosi no era la primera opción del estudio, el actor húngaro alcanzó el éxito con este papel que acompañaría toda su vida. Tras su fallecimiento en 1956, fue enterrado con el traje de Drácula a petición de su hijo y su mujer.

David, Jóvenes ocultos (1987)

Esta película y, en concreto, David (Kiefer Sutherland) y su banda de vampiros rebeldes cambiaron por completo la imagen que se tenía de estas criaturas hasta la fecha. Ya no se trataba de señores con traje y capa a lo Ramón García que vivían en castillos y dormían en ataúdes. Los seres de la noche podían ser adolescentes con estética punk que iban en moto. ¿Puede haber algo más guay que eso?

El director Joss Whedon reconoció que David fue una gran inspiración para él a la hora de crear a otro icónico vampiro, pero de la pequeña pantalla, Spike. El personaje interpretado por James Marsters en la serie de Buffy Cazavampiros tenía una marcada apariencia punk y un pelo rubio platino,, al igual que su predecesor. Cabe destacar que ambos personajes tomaron como referencia la estética del cantante Billy Idol.

Blade, Blade (1998)

La adaptación del personaje de Marvel Comics en 1998 nos trajo otro icónico ser a la historia del cine. Blade, el alter ego de Eric Brooks, nos planteaba una paradoja. Ya habíamos visto a cazadores de vampiros anteriormente, como Buffy (Buffy la Cazavampiros, 1992) o el Profesor Abraham Van Helsing (Drácula de Bram Stoker, 1992). Sin embargo, era la primera vez que esta figura que lucha contra el mal era también vampiro o, al menos, en parte.

Mucho cuero y una apariencia futurista marcaron la estética de este «caminante» experto en artes marciales y armado hasta los dientes para matar vampiros. Tras esta primera entrega, pronto llegaron Blade II (2002) y Blade: Trinity (2004).

Lestat de Lioncourt, Entrevista con el vampiro (1994)

Basado en las novelas de Anne Rice, Lestat de Lioncourt (Tom Cruise) nos ofrece el retrato de un vampiro cruel y sanguinario, cuya sed de sangre parece no tener fin. Algo que, sin duda, hace un interesante contraste con su atractivo, marcado por su apariencia joven y hermosa y su gran intelecto.

En 2002, una nueva adaptación de este personaje llegó a cartelera en el filme La reina de los condenados. En esta ocasión, estaba interpretado por el actor irlandés Stuart Townsend y se explotaba más su conexión con la música.

Hasta aquí nuestro repaso sobre vampiros famosos. ¿Cuál será la próxima película que nos traiga un personaje tan icónico como los que acabamos de describir? Mientras esperamos por el próximo Conde Orlok o Akasha, nada mejor que disfrutar de los próximos estrenos en DARK.