Las películas de comedia de terror más divertidas de los años 80

La naturaleza humana nos enseña a defendernos de cualquier trauma con una risa: la forma más fácil de mostrar a los demás (y a nosotros mismos) que todo va bien, incluso cuando no es así. Las cintas de terror explotan esa realidad mejor que cualquier otra forma de entretenimiento, porque, en realidad, compramos una entrada para ver una película de terror con la esperanza de subir nuestros niveles de adrenalina.

Sin embargo, muchas veces los cineastas de género prefieren olvidar esta línea borrosa entre el miedo y la diversión para crear lo que se conoce como la comedia de terror, una combinación de estilos que nos da la oportunidad de gritar y reír por igual. Sin embargo, muchas veces los cineastas de género prefieren olvidar esta línea borrosa entre el miedo y la diversión para crear lo que se conoce como la comedia de terror, una combinación de estilos que nos da la oportunidad de gritar y reír por igual. Habida cuenta de que muchas películas de terror no dan miedo y muchas comedias no resultan muy divertidas, el arte de mezclar los dos géneros no es una tarea fácil. Ha habido algunos buenos ejemplos a lo largo de las décadas, pero una de las mejores décadas para este subgénero fue sin duda la década de los 80. Por lo tanto, lo que sigue es una selección de las mejores películas de comedia de terror que los años 80 nos brindaron…

LA NOCHE DEL COMETA (1984)

Esta cinta se trata de una comedia post-apocalíptica realmente singular pero muy divertida, en la que las hermanas adolescentes Sam y Reggie intentan sobrevivir en Los Ángeles cuando un cometa acaba con la mayor parte de la población. Tiene zombis, científicos locos, un guión divertidísimo y un estilo visual demencial, pero el verdadero éxito de la película radica en sus dos personajes principales. Interpretados por Kelli Maroney y Catherine Mary Stewart, Sam y Reggie son aquella singularidad de las cintas de terror de los años 80: personajes femeninos inteligentes, fuertes, divertidos y realmente audaces. Joss Whedon es todo un fan de esta película y se inspiró en Sam a la hora de crear a Buffy la Cazavampiros.

EL TERROR LLAMA A SU PUERTA (1986)

EL TERROR LLAMA A SU PUERTA es una de las mejores mezclas de películas de serie B de todos los tiempos, fusionando ciencia ficción, terror, comedia, melodrama y mucho más para crear algo un tanto caótico, un tanto ofensivo, pero por lo demás muy divertido.

Ambientada en un campus universitario, esta curiosa película de Dekker cuenta lo que sucede cuando unos parásitos alienígenos con aspecto de babosa empiezan a convertir a los chicos de la fraternidad y a los geeks de Summa Cum Laude en zombis asesinos. En cuanto al humor, el diálogo es de lo más hilarante y Tom Atkins es realmente brillante interpretando su papel favorito.

EL REGRESO DE LOS MUERTOS VIVIENTES (1985)

El director Dan O’Bannon creó una película de zombis inteligente y con un ritmo vertiginoso en la que los no muertos corren más rápido que Carl Lewis, comen cerebros humanos, y atraen a la policía a su guarida usando los walkie-talkies de los coches de policía para pedir que «envíen más agentes».

Pero O’Bannon llevó el chiste aún más lejos afirmando que la película estaba «basada en hechos reales», e hizo que sus personajes se mencionaran la Noche de los Muertos Vivientes de 1968 sólo para luego abandonar todas las ideas de George A. Romero. Solo por este triunfo, O’Bannon debería haber tenido una carrera como alguien como Wes Craven. Por desgracia, nunca logró igualar las obras de su amigo John Carpenter antes de su muerte en 2009.

TERRORÍFICAMENTE MUERTOS (1987)

Si no puedes reírte de Bruce Campbell o con él, entonces quizás deberías revisar tu sentido del humor ya que, a diferencia de la primera película, ésta era divertidísima y aterradora por igual. Los resultados fueron tan eficaces que Matt Ford de la BBC sostuvo que se encontraba «entre las películas más visualmente inventivas, implacables, y originales jamás creadas». Y que razón tenía porque entre el humor disparatado, el vertiginoso uso de la cámara y la fórmula mágica que descubrieron en la sala de montaje el equipo Raimi, consiguieron elaborar una de las mayores colecciones de sustos y chistes auténticos en la historia, y en su propia manera una de las mejores películas de cualquier género.

ESTAMOS MUERTOS…¿O QUÉ? (1988)

Siguiendo con la década de los 80, también cabe destacar que fue la década de las «buddy films». Por eso no fue ninguna sorpresa que ese género colisionara con el cine de terror con la película de culto ESTAMOS MUERTOS… ¿O QUÉ? Esta es una de esas películas que parece que se están inventando todo sobre la marcha, ya que pasa de la comedia policíaca y la acción violenta a los zombis y científicos locos aleatoriamente, y también cuenta con una de las últimas interpretaciones de la leyenda del cine de terror Vincent Price. Treat Williams y la ex estrella de «Saturday Night Live» Joe Piscopo interpretan a dos policías duros que averiguan que los muertos ya no se quedan en el depósito de cadáveres. Poco después, hasta el propio Piscopo se convierte en un policía muerto andante. Nada de esto tiene mucho sentido, pero es un recorrido insólito y desenfrenado, que se disfruta mejor entre los fans del cine más disparatado. El hecho de que el personaje de Williams se llame «Roger Mortis» nos dice todo lo que hace falta saber sobre qué tipo de película se trata.