Las escaleras más temidas del cine de terror

El simbolismo de las escaleras en las películas de Hollywood es parte del vocabulario visual que los directores, cinematógrafos y artesanos alemanes y austríacos sembraron en el estilo narrativo clásico cuando emigraron a Hollywood a finales del decenio de 1920.

Las escaleras ofrecían posibilidades para algunas composiciones simétricas y asimétricas asombrosas, pero las escaleras también se asociaron con un simbolismo mucho más profundo. La crítica y el público empezaron a sugerir que las escaleras (y los corredores) servían como cañones de la mente, ya que proporcionaban pistas visuales que sugerían que las acciones o eventos que vimos en la pantalla podrían ser una representación o una exploración de los pensamientos o recuerdos internos de un personaje. Como consecuencia, no sorprendió que las escaleras, sobre todo las escaleras de caracol que simbolizaban el caos, se convirtieran en un elemento habitual en muchas películas de terror ya que los cineastas empezaron a usarlas como símbolos del caos y del desorden mental y moral de los personajes mientras que al mismo tiempo servían para presagiar destrucción y terror.

Por lo tanto, lo que sigue es una lista de algunos de los momentos más emblemáticos de la historia del cine de terror que nos hizo más cautelosos y reacios al usar las escaleras. Si las alturas, las escaleras o las pendientes pronunciadas te hacen temblar, por favor, entienda esto como una advertencia antes de seguir leyendo…

PSICOSIS (1960)

PSICOSIS cuenta con un grant total de tres momentos donde aparece «la madre» para pegarnos unos buenos sustos de muerte. El segundo de esos momentos es en esta gloriosa escena con la escalera; cuando ella (o él) conoce al Detective Arbogast (Martin Balsam) en la parte superior de las escaleras con un cuchillo de trinchar. Bien se sabe que Alfred Hitchcock estaba enfermo cuando se rodó esta secuencia pero, después de ver las secuencias sin editar, insistió en volver a grabar la escena de nuevo desde cero.

Y lo demás es historia ya que esta escena ya icónica es considerada por muchos como el momento en que se inventó la ahora infame convención del cine de terror «Nunca subir las escaleras».

EL EXORCISTA (1973)

¿Cómo acentúas el horroroso momento cuando una mujer se entera que un amigo cercano ha muerto repentinamente después de romperse el cuello? Pues muestras a su hija de 12 años corriendo por las escaleras, con su espalda arqueada hacia atrás, siseando y goteando de sangre.

Lo cierto es que la casa está rodeada por escaleras exteriores, y se usan con gran efecto en la escena final de la cinta pero el momento más memorable (y hasta hace poco eliminada), es sin lugar a dudas el uso más impactante e inquietante de las escaleras en la película. En un principio, el director William Friedkin no estaba nada contento con la secuencia y la había eliminado de las primeras versiones de la película. Pero por la presión de Warner Bros y del escritor William Peter Blatty, Friedkin cedió y aceptó revisar la escena y mejorarla con efectos visuales.

EL RESPLANDOR (1980)

EL RESPLANDOR es, sin duda, una de las películas de terror mejores estructuradas en la historia del género. Es visualmente seductora y no hay palabras para describir su impacto psicológico.

Una de las escenas clave de la película es cuando encontramos a Wendy (Shelley Duvall) encogida de miedo de su marido pasado de revoluciones Jack (Jack Nicholson), mientras agita un bate de béisbol y sube una escalera hacia atrás. Se cuenta que Kubrick hizo que Nicholson y Duvall repitieran la escena unas 127 veces, lo que se sumó a la crisis nerviosa que experimentó la actriz durante el rodaje.

Como una curiosidad, esta fue una de las primeras veces que se usó una Steadicam, y es un ejemplo perfecto de su eficacia como una herramienta para contar historias. Mucho trabajo y poca diversión hacen de Jack un tipo tristón en una escena increíble.

GREMLINS (1984)

La muerte de la señora Deagle podría haber sido muchísimo más horrible, si no fuera por el hecho de que ella es tan monstruosa que los propios gremlins. Las escaleras desempeñan un papel central de la escena, últimamente aludiendo a la metáfora de un «gremlin en el sistema». La Sra. Deagle confía en su silla para subir y bajar las escaleras, pero después de que uno de los gremlins se ha puesto a hacer unas chapuzas con el cableado, su confianza en la silla se convierte en la causa de su muerte. Es una escena llena de ironía y nos encanta…