La Mosca: 10 curiosidades de la película que hoy cumple 33 años

Una cinta que llegó a la categoría de culto por su retorcida estética y esencia kafkiana cumple 33 años (15 de agosto). Estamos hablando de LA MOSCA, un remake del homónimo de 1958 del director Kurt Neumann. David Cronenberg la articuló a través de una atmósfera enrarecida y enfermiza, consiguiendo uno de los títulos más notables del género durante los años ochenta.

Para conmemorar el estreno, os hemos preparado un selección de curiosidades de una de las mejores cintas de «ciencia ficción biopunk» de todos los tiempos as que ten miedo… ¡mucho miedo!

– Ambas películas de LA MOSCA están basadas en el relato original de George Langelaan publicado en PLAYBOY en junio de 1957. Para la de 1986 se modernizaron a los personajes gracias al guión de Charles Edward Pogue. Ha sido difícil de encontrar pero puedes leer la historia original de Playboy aquí. Pogue se basó en el cuento de Langelaan, pero la referencia mayor era de “La Metamorfosis” de Franz Kafka. Publicada en 1915, la historia es una novela corta que narra la vida de Gregorio Samsa, quien despierta una mañana cualquiera convertido en un insecto gigante. Esto es un elemento filosófico eterno que se resume cuando Brundle dice «Soy un insecto que soñó que era hombre y le fascinó, pero el sueño terminó y el insecto ha despertado», basado en la referencia del taoísta Chuang Tzu.

El elegido para la dirección en un principio era Tim Burton, pero éste se negó. Por otra parte, cuando Jeff Goldblum fue elegido para interpretar a Seth Brundle, incitó a su pareja, Geena Davis para que se presentara al casting. Cronenberg sabía que trabajar con una pareja podría resultar difícil pero aceptó cuando Davis se ganó a pulso el rol de Veronica Quaife.

– El diseño de los “Telepods” – esas cabinas responsables de teletransportar todo lo que hay dentro, lo que llevó al accidente que detona la trama en primer lugar – se le ocurrió a Cronenberg de una manera muy sencilla: imitando los cilindros de su moto Ducatti.

– Cronenberg dejó claro al creador de efectos especiales Chris Walas que no quería una criatura chapucera con partes de insecto y partes humanas sino algo mucho más realista. Por lo tanto, Walas estudió la fisiología de la mosca y consultó a expertos genetistas sobre cuál sería el resultado de mezclar ADN de ambas especies. Todos coincidieron en que el ser resultante seguiría teniendo el aspecto de un hombre aunque lo más probable es que no sobreviviera.

– Una de las cosas más desagradables es el momento del vómito corrosivo. Se había escrito otra secuencia en la que Seth era sorprendido, intentando meterse en un contenedor de basura, por una señora mayor, cuyos gritos de terror eran ahogados con el vómito que le derretía la cara. Por si quieres hacer la prueba en casa, el vómito de la mosca fue hecho con una mezcla de huevos, miel y leche.

– Una escena involucraba a Brundle teletransportando a un simio y un gato, para luego matar brutalmente a la criatura. La escena fue eliminada ya que en un pase preliminar unos cuantos espectadores abandonaron el cine, otros tantos vomitaron en su asiento – y no era una mezcla de huevos, miel y leche esta vez.

– En otra escena eliminada, Veronica soñaba de nuevo con que daba a luz, solo que esta vez el bebé era un precioso niño con unas hermosas alas de mariposa. Hablando de esto, el médico que atiende a Verónica en el parto está interpretado por el propio Cronenberg. Dicen que fue a causa de una broma que le gastó Martin Scorsese. Cuando se conocieron, Scorsese comentó que Cronenberg «parecía un cirujano plástico de Beverly Hills».

– Los actores también pasaron malos ratos durante el rodaje. La cara de asco de Geena Davis cuando a Brundlefly se le cae la oreja no fue una interpretación sino una reacción real ya que la actriz no sabía que iba a pasar. Aún así, Goldblum se quedó con la prótesis de la oreja, así como los genitales de Brundlefly y ambos se encuentran en un estante en su casa.

– El protagonista de la cinta original, Vincent Price recibió una carta de Goldblum diciendo “Espero que la película te guste tanto como me gustó la tuya”. Después de ver el remake, Price le contestó: maravillosa hasta un cierto punto… en el que va demasiado lejos»….

En 2008 se produjo una ópera en dos actos, dirigida por el mismo Cronenberg. El compositor original de la cinta, Howard Shore, compuso la música y las letras fueron escritas por David Henry Hwang, con quien el director colaboró en M. Butterfly en 1993.

En resumidas cuentas, con su cinta grotesca y perversa, pero también poética y emotiva, Cronenberg consiguió poner de acuerdo tanto a los fans incondicionales del gore y del terror explícito como a la crítica más exigente. Un clásico indiscutible.