La extraña muerte de la protagonista de Poltergeist

Pocas cosas nos gustan más a los amantes del cine de terror que una película aderezada de leyendas urbanas y mitos. Por ello, aquí queremos hablar acerca de la extraña muerte de la niña de Poltergeist (Tobe Hooper, 1982), Carol Anne. Una de esas películas malditas que no deja a nadie indiferente. Seguro que a ti tampoco.

Heather O’Rourke, un rostro tan angelical como aterrador

Heather Michele O’Rourke nació en San Diego, California, el 27 de diciembre de 1975. Lo hizo junto a un hermano mellizo que falleció durante el período de gestación. Algo que, según los amantes del misterio, fue una señal de lo que estaba por venir más adelante.

Con solo tres años, la pequeña Heather ganó un concurso de belleza local llamado Pequeña Señorita. Posteriormente, hizo varias apariciones en anuncios de televisión. Entre ellas, podemos destacar las realizadas para Mattel y McDonald’s.

Sin embargo, el hecho que cambió su vida se produjo en 1980. La niña se encontraba junto a su madre en una cafetería disfrutando de un delicioso postre. En ella solían comer mientras su hermana mayor, Tammy O’Rourke, grababa sus escenas como bailarina en la película Pennies from heaven (Dinero caído del cielo en España).

Una buena tarde, el director y guionista Steven Spielberg se encontraba en esa misma cafetería. Y, nada más verla, se dio cuenta de que era la niña ideal para protagonizar su siguiente película. Hablamos, cómo no, de Poltergeist, que finalmente fue dirigida por Tobe Hooper.

El propio Spielberg contó que, al acercarse a la niña, esta le dijo “mi nombre es Heather O’Rourke, pero no puedo hablar contigo porque eres un extraño”. El director, que ya era un icono de Hollywood gracias a Tiburón o Encuentros en la Tercera Fase, consiguió convencer a su madre para que hiciera una audición. Lo mismo hizo con Tobe Hooper para que le diera el papel. El resto es historia del cine.

El historial de enfermedades de Heather O’Rourke

El éxito de Poltergeist en taquilla fue colosal, algo que catapultó al estrellato a la joven actriz. A pesar de su corta edad, en los siguientes años apareció en multitud de películas y series de televisión. Eso sí, interpretando papeles más secundarios. No volvió a ser protagonista hasta Poltergeist II: El otro lado (Brian Gibson, 1986). Una secuela que no se acercó ni por asomo a lo logrado por su predecesora.

Tras grabar esa película, una mañana de enero de 1987, Heather se levantó de la cama enferma. En un principio parecía algo sin importancia, ya que los síntomas se asemejaban bastante a los de una gripe común. Sin embargo, a pesar del tratamiento, no mejoraron. Más bien, todo lo contrario.

La hinchazón en sus piernas fue el detonante para que sus padres la llevaran a otro médico. Este, tras un extenso reconocimiento, le diagnosticó giardiasis. Se trata de una enfermedad diarreica provocada por un parásito microscópico unicelular llamado Giardia intestinalis.

Los medicamentos antiparasitarios dieron resultado y Heather mejoró bastante. Sin embargo, antes de empezar el rodaje de Poltergeist III (Gary Sherman, 1988), su madre la sometió a un reconocimiento médico otra vez. ¿El diagnóstico? La enfermedad de Crohn, que se caracteriza por una inflamación crónica del intestino. Los especialistas afirmaron que el parásito había desaparecido, pero que había generado este problema.

El tratamiento de esta enfermedad se basa en la ingesta de sulfamida y cortisona. Esa es la razón por la que, en esa película, Heather O’Rourke aparece con la cara bastante hinchada. No se quejó ni una sola vez. De lo que sí lo hizo fue de su papel de Carol Anne. Llegó a decir que, en caso de haber una cuarta entrega, esa sería la última vez que interpretaría al personaje. De hecho, afirmó que, en lugar de actuar, lo que realmente quería en el futuro era situarse detrás de las cámaras como directora o guionista.

¿Cómo murió la niña de Poltergeist?

La mañana del 31 de enero de 1988, la vida de Heather dio un vuelco inesperado. Ese día se despertó con dolor de estómago y vómitos. Se pasó el día entero en la cama tratando de recuperarse, pero no funcionó. Al día siguiente, su madre se percató de que los dedos de la niña estaban azules y de que respiraba con dificultad. Mientras se vestía para ir al médico, cayó desmayada en el suelo.

Heather se despertó y todo parecía haber quedado en un susto. Sin embargo, los médicos decidieron llevarla al hospital en ambulancia por precaución. Solo eran 10 minutos de camino. Un lapso de tiempo en el que sufrió un infarto del que a duras penas consiguieron reanimarla.

A las 14:43 horas del 1 de febrero de 1988, Heather O’Rourke falleció en una mesa de operaciones. La causa de la muerte fue un paro cardiorrespiratorio provocado por un shock séptico. La infección que la originó procedía de una grave obstrucción su intestino provocada por una enfermedad congénita llamada estenosis.

Evidentemente, a la conmoción inicial siguió el revuelo de la opinión pública. Al fin y al cabo, la joven actriz murió como consecuencia de un error en el diagnóstico de la enfermedad de Crohn que supuestamente padecía. La madre demandó por negligencia a todos los doctores que la vieron en el pasado, pero nada pudo reparar su pérdida.

Una saga marcada por la tragedia

La muerte de Heather O’Rourke fue la que definitivamente dio forma al mito en torno a la saga Poltergeist. No olvidemos que, anteriormente, habían fallecido:

  • Dominique Dunne, la hermana mayor de Carol Anne. Fue estrangulada por su novio en 1982 tras el estreno del film.
  • Julian Beck, quien interpretó al reverendo Kane en Poltergeist II. La causa fue un cáncer de estómago que le privó de la vida en 1985.
  • Will Samsong, que encarnó al brujo Taylor también en la primera secuela. No pudo soportar las complicaciones del transplante de pulmón y corazón al que tuvo que someterse.

Todas estas muertes componen la llamada maldición de Poltergeist. Sin embargo, no cabe duda de que el fallecimiento de Heather O’Rourke es el más recordado por todos.