Crímenes brutales que inspiraron joyas del cine de terror

Las películas de crímenes reales suelen poner los pelos de punta. A la espectacularidad, la tensión y el impacto de sus escenas de terror o tensión, añaden los visos de lo verídico.

Las mentes perversas asesinas se han sucedido en la historia universal del mal y, desde luego, hay un buen número de películas basadas en ellas. ¿Las vemos juntos?

Las mejores películas basadas en crímenes reales

Vamos a darle la vuelta al titular de este apartado. Por supuesto, hemos seleccionado algunas de las mejores películas del cine de terror y las nombraremos en este bloque. Pero pondremos en el foco en los crímenes brutales que las inspiraron.

Así, en lugar de ordenarlas por títulos, hemos clasificado la información por asesinos. ¡Alguno de ellos ha sido la referencia en más de una película!

Ted Bundy

Este asesino estadounidense asesinó a más de treinta mujeres, en su mayoría jóvenes. Repartió sus crímenes entre 1974 y 1978 por siete estados del país e intentó seducir a la opinión pública durante sus juicios mediáticos.

Su impacto social cambió para siempre la noción de asesino en serie. Era atractivo, simpático, divertido, culto y brillante. Un ciudadano ejemplar… excepto por su sociopatía.

Se desenvolvía en los entornos de los campus universitarios y los supermercados. Elegía al azar cada víctima, según sus gustos, y la engañaba con su encantadora amabilidad. Después, se transformaba en una bestia capaz de apalear, sodomizar, matar y hasta morder a las muchachas. En ocasiones, también realizó prácticas necrofílicas con ellas.

Su historia ha dado pie a gran cantidad de películas. Entre ellas, Durmiendo con el asesinoUn legado del mal y Extremadamente cruel, malvado y perverso.

Ed Gain

Es uno de los mayores perturbados mentales de la historia del crimen. Actuó en la década de los cincuenta y es uno de los asesinos en serie más sobrecogedores.

Tuvo una infancia difícil por el alcoholismo paterno y la enfermiza relación con su madre, extremadamente exigente y religiosa. Tras su muerte, vivió solo en su casona, aunque se desenvolvía en el pueblo con naturalidad.

Parece ser que su primera víctima fue su propio hermano. Con posterioridad, más allá de confesar haber matado a dos mujeres, convirtió su casa en un museo de los horrores. Conservaba en ella trofeos humanos y muebles y enseres creados con huesos y piel. Nunca un registro policial conmocionó tanto a los agentes.

Su figura ha servido de inspiración a auténticas joyas del cine de terror:

Ronald DeFeo Jr

Este personaje estadounidense, conocido por sus cercanos como Butch, asesinó con un rifle a toda su familia en noviembre de 1974. Murieron sus padres y sus cuatro hermanos, todos ellos en sus camas.

Cincuenta años después, el caso sigue siendo un misterio con declaraciones contradictorias y un legado de terror, oscuridad y sobresaltos que afectó a la casa. Los sucesos extraños se habían sucedido allí antes y después.

Considerando su impacto social, no es de extrañar que más de treinta películas se hayan inspirado en este parricidio. La más famosa, Terror en Amityville, de 1979, se basa en los supuestos espíritus malignos que poblaban la vivienda.

Andrei Chikatilo

Andrei Románovich Chikatilo está considerado el peor asesino en serie de la Unión Soviética. Nació en 1936, en época estalinista, y fue ejecutado en 1994. El Carnicero de Rostov asesinó a cincuenta y dos personas: treinta y cinco niños y diecisiete mujeres.

Fue, además, un caníbal sádico y un descuartizador que, debido a su impotencia, utilizaba un cuchillo como herramienta sexual. También daba bocados a sus víctimas. Cuando no mataba o torturaba, era un sencillo profesor y un peculiar marido.

La película Citizen X, dirigida por Chris Gerolmo, refleja la búsqueda de este criminal por un detective ruso. No es de terror como género, pero su trasfondo nos encoge el alma.

Jeffrey Dahmer

Entre 1978 y 1991, el Carnicero de Milwaukee mató a diecisiete hombres en Estados Unidos. Desde niño, mostró comportamientos muy extraños: torturaba y diseccionaba a todo tipo de animales.

Era atractivo, tímido, homosexual y un caníbal que ingería a sus amantes para mantenerlos con él para siempre. Uno de ellos consiguió escapar y delatarlo. Al detenerlo, se encontraron en su congelador restos humanos.

La película My friend Dahmer, estrenada en 2017, se centra en la vida de este psicópata que fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, otro preso lo asesinó en 1994.

John Wayne Gacy

Entre 1972 y 1978, este ciudadano estadounidense asesinó a treinta y tres personas. Fue conocido también como el payaso Pennywise, papel que interpretaba para recaudar fondos para la caridad.

Usaba esa popularidad para atraer a sus víctimas, niños varones a los que llevaba a su casa. Una vez allí, les mostraba películas sexuales, los emborrachaba y abusaba de ellos. Después, los torturaba y los mataba. Se encontraron treinta y tres cadáveres enterrados entre su casa y su entorno. Fue ejecutado en mayo de 1994.

Su existencia inspiró a Stephen King para escribir el libro It (Eso), a partir del cual se inició la saga homónima de películas.

Peter Kürten

Este psicokiller alemán vivió entre 1883 y 1931. Asesinaba en las calles de Düsseldorf y confesó haber cometido setenta y nueve crímenes. Sin embargo, solo pudo ser acusado oficialmente de nueve muertes, siete intentos y no menos de ochenta agresiones sexuales. Rebautizado como el Vampiro de Düsseldorf cuando confesó haber bebido sangre de sus víctimas, fue guillotinado en 1931.

La película M, dirigida por Fritz Lang, se inspiró parcialmente en este individuo. ¿Su rasgo principal? Se rodó e hizo pública en 1931, el año de su ejecución. Se ha convertido en un clásico del cine mundial y un punto de partida claro del género cinematográfico de asesinos en serie.

Podríamos seguir enumerando largometrajes de terror basados en hechos reales. El exorcista, Pesadilla en Elm Street, Los extraños o El muñeco diabólico serían títulos apropiados. O centrarnos en producciones cinematográficas de serie B, como las del ciclo B-Retina.

Sin embargo, la conclusión es clara: la realidad supera a la ficción. Y, precisamente por eso, las películas de crímenes reales nos generan atracción y terror.