Casos aterradores de sonambulismo homicida

Afortunadamente, por lo general, las caminatas que pegan los sonámbulos no suelen llegar más lejos que una serie de actividades automáticas, pero irracionales, que generalmente acaban sin graves consecuencias. Pero, lamentablemente, lo que sí que es cierto es que cada vez son más los casos de sonámbulos que cometen actos violentos y delictivos, con la mayoría de los especialistas señalando con el dedo a la sociedad exigente y acelerada en la que vivimos como el responsable principal.

Aunque la inquietante lista de casos de sonambulismo homicida a continuación más bien parece un manual de como rodar una película de terror, cada uno de estos crímenes se cometieron cuando los perpetradores estaban profundamente dormidos y no tenían el control de sus propias acciones. Algunas de las acciones que las personas cometen en la siguiente lista son tan perturbadoras que escenas como el famoso momento cuando Kristen Parker (Patricia Arquette) traga café instantáneo crudo con una Coca Cola Light en PESADILLA EN ELM STREET 3: LOS GUERREROS DEL SUEÑO serán mucho más comunes entre los que sufren de sonambulismo de lo que podríamos imaginar…

Por desgracia, la historia se ha visto empañada por una serie de casos de asesinos sonámbulos, y quizás el más notable es el del canadiense, Kenneth Parks, de 23 años, que también sirvió de inspiración para la película THE SLEEPWALKER KILLING protagonizada por Hilary Swank y Jeffrey Nordling.

Durante una temporada de mucha ansiedad, después de haber perdido su empleo y haber amasado muchísimas deudas debido a su adicción al juego, el 23 de mayo de 1987, Parks se levantó de su cama y condujo unos 23 kilómetros hasta la casa de sus suegros donde mató a su suegra e hirió gravemente a su suegro con una barra de hierro y un cuchillo. Después del incidente, Park se dirigió directamente a la comisaría de policía del barrio lleno de sangre, y ni siquiera se había dado cuenta ajena de que se había cortado los tendones de las dos manos. Se entregó, diciéndole al Agente de turno: «Creo que he matado a alguien.»

Hasta esa noche, Parks había disfrutado de una relación muy sana con sus suegros, y su mujer explicó su falta de motivación a la policía, declarando que ella había sido muy consciente de sus problemas financieros y que, de hecho, la pareja había hasta planeado hablar con los padres de ella el día después de los terribles sucesos. Un año después, Parks fue absuelto de los crímenes cometidos durante «un estado de conciencia alterada».

Igual de perturbador fue el caso de Simon Fraser, un hombre de Glasgow con una historia de comportamiento violento cada vez que sufría pesadillas. En su adolescencia, su parasomnia lo llevó a atacar a su padre, y en otra ocasión, intentó estrangular a su hermana. Años más tarde, sacó a su esposa de la cama por sus piernas mientras el soñaba que estaba atrapada en un incendio. Lamentablemente, el trastorno del sueño de Fraser culminó en el suceso más trágico cuando se levantó de la cama en medio de la noche y aplastó la cabeza de su hijo de 18 meses contra la pared, matándolo en el momento. Después, durante las interrogaciones con la policía, Fraser explicó cómo había soñado que estaba intentando proteger a su hijo de una criatura salvaje. Igual que como pasó en el caso de Parks, el jurado decidió que Fraser no era consciente de sus acciones ya que estaba dormido y fue declarado no culpable de asesinato. Aunque está sin confirmar, ha habido especulaciones de que el juez ordenó que Fraser durmiera sólo en una habitación y que su esposa cerraría con llave desde fuera todas las noches.

Otro de los casos más enigmáticos de sonambulismo homicida se remonta a 1874 cuando el inspector jefe Robert Ledru, uno de los mejores detectives de Francia en el siglo XIX, tuvo que investigar la muerte de Andre Monet, un hombre que había sido asesinado a tiros en una playa local. La bala encontrada en la escena del crimen resultó ser demasiado común para servir como prueba en la investigación, por lo que la única prueba admisible fue una serie de huellas de pie dejadas en la arena que indicaban que al asesino le faltaba el dedo gordo de su pie derecho. Esta prueba no podría haber sido más aterradora para Ledru ya que le faltaba justo ese mismo dedo, y esa misma mañana le había parecido muy raro despertarse en su cama con calcetines húmedos puestos.

No tardó mucho en demostrar su propia culpabilidad y se entregó diciendo, «No necesitas seguir buscando. Yo soy el asesino». ¡Soy el hombre que mató al señor Monet! Al sincerarse, Ledru declaró que había cometido el crimen inconscientemente mientras dormía profundamente y que su sonambulismo había sido provocado por la sífilis. Aunque la policía francesa no creyeron sus afirmaciones al principio, le dieron el beneficio de la duda y realizaron un experimento que consistió en darle un arma cargada con balas de fogueo y encerrarlo en una celda durante una noche para observar sus acciones. Tan pronto como Ledru se quedó dormido, empezó a disparar a los guardias, y así las autoridades se quedaron convencidas de que no había sido responsable del crimen cometido. Dicho esto, le consideraron como una amenaza y fue exiliado a una granja en el campo, donde residió durante los últimos 50 años de su vida bajo la estrecha vigilancia de guardias armados y enfermeras.

Todos los casos que te hemos presentado indican lo peligroso que puede llegar a ser el sonambulismo, no sólo para quien lo padece, sino para todos los que le rodean. Afortunadamente, gracias a una sensibilización pública creciente hacia estos peligros ocultos y una mayor cobertura de la medicina del sueño en los libros de texto de neurociencia y en los planes de estudios en las Universidades, el futuro luce mucho más prometedor para los peregrinos nocturnos.